Existen pruebas irrefutables del desarme moral y ético que acusa la sociedad española. Ni siquiera hace falta aludir a que el señor de los trajes arrase en la urnas... He aquí otra de esas evidencias:
Renombrados personajes de la farándula, de la mal llamada vida social e incluso periodistas, comentaristas y columnistas han convertido en "mártir de la vida" a un individuo que conduciendo su coche a velocidad excesiva y borracho provocó la muerte de una persona.
Aún ayer, en el programa de la televisión pública Corazón de..., en la Primera, varios minutos de emisión costeados con el dinero de los contribuyentes fueron empleados en llorar los avatares clínico-sanitarios que sufre el causante del siniestro, a la par que loaban su fortaleza, su carácter y sus méritos reales o supuestos de índole profesional y personal.
Por descontado, nadie duda de que el accidente que provocó Ortega Cano y que costó la vida a Carlos Parra (el conductor del otro vehículo) fue eso, un accidente; ni nadie en su sano juicio pretende que el conductor temerario que triplicaba la tasa máxima de alcoholemia permitida pague con su salud el homicidio involuntario que cometió; pero nada, absolutamente nada justifica que TVE y otros medios --que no han sido pocos-- difundan panegíricos y homenajes vinculados a ese suceso.
Ciertamente, algo no funciona correctamente en el cerebro social de un país donde ocurren estos disparates y en el que, para colmo, parte de la sociedad estima comprensible tamaña desvergüenza.
Si la víctima mortal hubiera sido Ortega Cano y el temerario superviviente y causante del siniestro hubiera sido un ciudadano común, ¿qué dirían esos desvergonzados?... ¡Que asco!
¿Y lo que ha sufrido Farruquito? pobrecito...
ResponderEliminarEl desarme moral no es novedad, es que estamos acostumbrados a ver siempre la misma novela berreta.
El papanatismo y el pelotillerismo popular con "las figuras" y "los famosos" es nauseabundo. Idénticas oleadas de COMPRENSIÓN, SOLIDARIDAD y APOYO POPULAR levantó aquel otro cantante o bailaor flamenco que atropelló a un peatón y se dió a la fuga. Y claro, es que lo pasó muy mal "el pobre muchacho". El fugado, parece ser; no el atropellado.
ResponderEliminarYa es bastante desalentador que estas actitudes se den en cierto momento, pero es peor saber que son añejas, que ya herían, hace mucho, a gente como Valle-Inclán y que no sólo no se han curado, sino que parecen ir en aumento en esta sede del despropósito que es la singular e inhomologable entidad "España".
Hubo una esperanza de curación allá, en el doloroso intervalo 1931-1936. Pero cercenaron la esperanza de raíz.
Como dice mi novia, "todo es Telecinco".
ResponderEliminarComo es ser "famoso" en este país.vas asesinas a alguien y sales del hospital y te aplauden seguro que es uno cualquiera y te lapidan.Con este hecho solo hacemos que aquel que hizo tal hecho repugnante lo vuelva a repetir...que asco
ResponderEliminar