Pues bien, tal como indicaban los resultados y como demuestra el pacto que sellaron ayer CiU y ERC, la tesis del PP queda reducida a lo que en realidad era y es: un bluf.
Es difícil de entender que el partido que tiene la mayoría parlamentaria y el Gobierno central del Estado afronte la realidad y el debate engañándose a si mismo e intente engañar a los ciudadanos con afirmaciones pueriles para negar lo evidente; ver Catalunya 25-N: Triunfa la derecha económica y se consolida el independentismo.
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La ceguera del PP es peligrosa
Fueran cuales fuesen sus causas e intenciones, es doblemente preocupante porque se trata del partido que ostenta los poderes legislativo y ejecutivo del Estado y porque tras el 25-N puso en marcha otra ofensiva que no sólo era anti-catalanista, sino también anti-catalana; pues sólo así cabe interpretar, por poner un ejemplo, el estúpido llamamiento a la re-españolización de Catalunya.
Fueran cuales fuesen sus causas e intenciones, es doblemente preocupante porque se trata del partido que ostenta los poderes legislativo y ejecutivo del Estado y porque tras el 25-N puso en marcha otra ofensiva que no sólo era anti-catalanista, sino también anti-catalana; pues sólo así cabe interpretar, por poner un ejemplo, el estúpido llamamiento a la re-españolización de Catalunya.
El empeño de Artur Mas (CiU) en alcanzar un acuerdo con Oriol Junquera (ERC) es, en gran medida, la reacción del catalanismo conservador a ese y otros embates del ultranacionalista PP.
La insultante alegría con la que los españolistas celebraron la pérdida de escaños de la catalanista CiU ha sido, sin duda, otro poderoso acicate para que Mas renunciara a criterios ideológicos, fiscales y presupuestarios del centro-derecha catalán para satisfacer a Junquera y así dar respuesta a la ofensiva de un PP que, queriendo o sin querer, sigue favoreciendo los sentimientos segregacionistas entre los ciudadanos españoles residentes en Catalunya.
A la postre, además de propalar la falacia de que el independentismo ha sido derrotado en las urnas, el PP ha oxigenado las llamas al utilizar la gasolina de un nacionalismo para apagar el incendio de otro.
¿Aprenderá algún día el partido de la derecha española a vivir sin enfrentamientos basados en el una, grande y libre?
Mientras la derecha posfranquista no supere la nostalgia y renuncie a imponer su excluyente idea de España, seguirán activos e incluso aumentarán los catalanes, vascos y gallegos que aspiran a romper con un Estado en el que siguen vivos el autoritarismo, la intolerancia y los dogmas propios de los incipientes Estados modernos de la Europa de los siglos XVIII y XIX.
INFORMACIÓN puntual del pacto CiU-ERC, en:
ELDIARO.ES, El país, El periódico de Catalunya, La vanguardia, NUEVA TRIBUNA y PÚBLICO.
CON ANTERIORIDAD:
"Natio y nación, ignorancia pertinaz y cegueras interesadas".
ELDIARO.ES, El país, El periódico de Catalunya, La vanguardia, NUEVA TRIBUNA y PÚBLICO.
CON ANTERIORIDAD:
"Natio y nación, ignorancia pertinaz y cegueras interesadas".
Por mi parte, NO CREO que el PP aprenda a alejarse de esa mística de la una-grande-libre. No, mientras muchos de sus dirigentes se nieguen a condenar el franquismo; no, mientras se nieguen a rehabilitar a los represaliados por la dictadura; no, mientras sigan manteniendo en el Estado un reducto de impunidad para los crímenes contra la Humanidad de los pocos que quedan en el mundo.
ResponderEliminarY en cuanto a la plancha que se acaban de llevar respecto a la "derrota" del independentismo, pues tampoco creo que les importe demasiado. Viven instalados en la mentira, en el fraude, en la promesa incumplida, en la difamación ("todo es a causa de la herencia del PSOE"), trabajan para su claque y para sus acólitos. La ciudadanía les parece un obstáculo nimio, y el engaño a la ciudadanía les parece un procedimiento regular, normal y ordinario. Después de todo, engañar es una bagatela frente a llevar al paro y a la miseria a miles de personas, y esto lo hacen sin miramientos.
Sin embargo, tienen, o han tenido, el apoyo de millones de ciudadanos españoles. Esa es la realidad del Estado. Motivo por el cual, por mucho que las fronteras sean objetables en tantos sentidos, ahora mismo parecen ofrecer también un atajo directo por donde huir del núcleo mismo del autoritarismo y de la herencia franquista. Lo que no entiendo es que no huyan igualmente los habitantes de La Alcarria o los de La Serena.
Fantastica y exacta reflexion. La suscribo de principio a fin.
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