02 mayo 2007

Explosión en Palencia: gas, desidias, egoísmos y enésima tragedia

La explosión de gas registrada en Palencia alimenta debates que las autoridades y quienes tienen intereses en el sector eluden e incluso boicotean desde hace años.
¿Es económicamente rentable, desde un punto de vista social, no solo financiero, invertir miles de millones de euros en distribuir gas por todo el país para comercializar un combustible importado cuyo mercado, por ende, está desregulado y los precios están sujetos a vaivenes incontrolables y a la especulación? No.
Así quedó el edificio palentino
¿Por qué ese empeño en gasificar los hogares, en lugar de limitar el consumo de gas a la producción de electricidad y a la industria?, ¿cómo es posible que la Administración consienta el uso de materiales de baja calidad en las canalizaciones de gas en el subsuelo de las ciudades y en las viviendas?
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Defectos demasiado habituales
Llaves de paso oxidadas, tuberías de grosor insuficiente y de composición material inadecuada, etcétera y más grave todavía: no se hacen inspecciones rigurosas y ejecutadas por funcionarios públicos, ¡no es de recibo que esa tarea se ceda a las propias compañías!
Esas y otras taras y vacíos constituyen el pan de cada día en una actividad cuyas empresas, para colmo, gozan de generosas ayudas públicas.
Es cierto que hay negligencias por parte de los usuarios, pero el porcentaje de accidentes derivados de errores imputables a los abonados es notablemente inferior al de los desastres habidos por deficiencias en las instalaciones.
Y otro detalle capital: ¿Por qué se permite que personas con discapacidades o con los sentidos limitados (ancianos) consuman gas, con el consiguiente riesgo para ellos mismos y para sus vecinos?
Hay mil y un sinsentidos en el mundo del gas.
Nadie discute la idoneidad del gas como carburante de alto poder para su consumo en la industria y para alimentar centrales térmicas, pero el afán por gasificar viviendas sin poner en marcha estrictos sistemas de control e inspección es, sencillamente, una aberración.

NOTA:  
La elaboración de una lista completa de los siniestros habidos durante el último decenio requeriría horas de trabajo, labor que la Administración debería asumir como una tarea urgente para evaluar el coste humano de la desidia oficial y del egoísmo económico.
Estos son algunos, sólo algunos, de los últimos accidentes acaecidos en España: Cuenca, Estepona, Gijón, Laredo, Lleida, Santa Coloma de Gramanet, Tarragona.

2 comentarios:

  1. Acerca del gas en los hogares yo también me he hecho esta pregunta y me alegra comprobar que no soy el único. Últimamente se lee en la prensa que Argelia quiere aumentar el precio en un 20% a corto plazo. Supongo que eso traerá importantes consecuencias en los recibos de miles de hogares españoles, además de los riesgos que esto entraña para la seguridad. Y yo, que me estoy buscando vivienda con calma, tengo dudas: gas o electricidad?

    Enhorabuena por este blog.

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  2. Yo no tengo duda, electricidad. No sé donde vives, pero si has tirar mucho de calefacción: acumuladores. El gas seguirá subiendo de precio y la seguridad, hoy, está al albur de los vecinos, del "rigor" de las compañías. Hay países europeos donde losquecompran un piso ya preguntan si hay gas... ¡porque si lo hay renuncian a la compra!

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