¿Evadir capital a paraísos fiscales?... En España es innecesario

En la última reunión del G20 ampliado, los dirigentes de los países económicamente más desarrollados hablaron --aunque sólo de pasada y sin alcanzar ningún acuerdo ejecutivo-- de la conveniencia de poner coto a los paraísos fiscales.
Que se sepa, el de Estados Unidos es el único gobierno que empieza a plantar cara con rigor a quienes favorecen la fuga de capitales; evidentemente, Washington puede ejercer esas acciones porque casi nadie se atreve a oponerse a su poderío, tal es el caso de Suiza, que actualmente colabora con las autoridades norteamericanas para castigar a varios evasores estadounidenses.

¿Y en el resto de países?: Nada ha cambiado.

Pero, tanto o más daño que los paraísos fiscales lo causa la protección desmedida de la que gozan los multimillonarios en ciertos países, entre los que figura España, cuya Administración tiene merecida fama internacional por su benignidad y desidia en materia fiscal.

España «es el país desarrollado donde los ricos pagan menos impuestos y más fácilmente pueden eludirlos legalmente gracias a unos refugios tributarios creados por los gobiernos socialistas y populares (…) Las rentas del capital tributan un 18 %, mucho menos que el IRPF que grava las rentas de los asalariados. Los beneficios de las empresas [que constituyen la base de la economía productiva] pagan tipos 30 veces más altos que los de las inversiones en valores mobiliarios. Los partícipes de un Sicav [sociedades de inversión de los grandes patrimonios] no pagan prácticamente nada y el conjunto del régimen tributario está lleno de tarifas reducidas, bonificaciones o exenciones para determinados colectivos privilegiados o grupos de presión que consiguen siempre que los poderes públicos les hagan el traje a medida...», según ha informado El periódico.

Y recuerde que durante las próximas semanas debe hacer la declaración de la renta; no sea que le multen por no abonar esos 100, 150 o 1.000 euros que debe añadir a los que ya le descontaron en nómina. Ya sabe: ¡Hacienda somos casi todos!