«Nuestra profesión siempre se basó en la búsqueda de la verdad. Muchas veces la información funcionó como un arma en la lucha política, por la influencia y por el poder.
«Pero hoy, tras el ingreso del gran capital a los medios masivos, ese valor fue remplazado por la búsqueda de lo interesante o lo que se puede vender. Por verdadera que sea una información, carecerá de valor si no está en condiciones de interesar a un público que, por otro lado, es crecientemente caprichoso...
«El problema actual de la comunicación no es que se escamotee la verdad sino que la palabra ya no tiene el peso de antes (...) Ahora se puede escribir sobre cualquier cosa y, en un contexto de sobreabundancia y entretenimiento, a nadie le importa (...) Ahora, la información es una mercancía bajo las leyes del mercado, destinada a obtener una rentabilidad máxima y apuntar al monopolio. Hoy el soldado de nuestro oficio no investiga en busca de la verdad, sino con el fin de hallar acontecimientos sensacionales que puedan aparecer entre los títulos principales de su medio».
«Pero hoy, tras el ingreso del gran capital a los medios masivos, ese valor fue remplazado por la búsqueda de lo interesante o lo que se puede vender. Por verdadera que sea una información, carecerá de valor si no está en condiciones de interesar a un público que, por otro lado, es crecientemente caprichoso...
«El problema actual de la comunicación no es que se escamotee la verdad sino que la palabra ya no tiene el peso de antes (...) Ahora se puede escribir sobre cualquier cosa y, en un contexto de sobreabundancia y entretenimiento, a nadie le importa (...) Ahora, la información es una mercancía bajo las leyes del mercado, destinada a obtener una rentabilidad máxima y apuntar al monopolio. Hoy el soldado de nuestro oficio no investiga en busca de la verdad, sino con el fin de hallar acontecimientos sensacionales que puedan aparecer entre los títulos principales de su medio».
Ha muerto el autor de estas palabras, Ryszard Kapuscinski, periodista polaco, maestro de reporteros, y persona que siempre intentó ser honesta consigo misma, con sus lectores y con el oficio de informar.
Lo enunciaste tal como es: "se puede decir más alto, pero no más claro". Sabias, atinadas y claras palabras las de Kapuscinski.¡Me encantó la selección de textos que hiciste en este post!.
ResponderEliminarUn abrazo.