Rajoy pone la retórica y Zapatero, la ingenuidad

Mariano Rajoy hizo historia al ganar las oposiciones a registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante). Y hoy ha vuelto a dar muestras de sus valores históricos y de su esencia política, que es la de los señoritos de la Galicia medieval que arruinaron a su tierra y eran expertos en marear la perdiz para llegar a ningures [1].
[Los registradores de la propiedad constituyen una figura administrativa absurda, inútil e injustificable en un Estado de Derecho y que en España perviven gracias al franquismo, pese a que son administrativamente inconcebibles en un sistema económico racional]

A lo que interesa:
Rajoy se ha reunido hoy con el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, para exigir que el PSOE y el Gobierno vuelvan a sacralizar el estéril Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo; pacto que, paradójicamente, el primero en incumplir ha sido el PP.
El primer apartado de ese texto --que fue propuesto por un Rodríguez Zapatero más ingenuo que Pipi Calzaslargas-- dice así:
«El terrorismo es un problema de Estado. Al Gobierno de España corresponde dirigir la lucha antiterrorista, pero combatir el terrorismo es una tarea que corresponde a todos los partidos políticos democráticos, estén en el Gobierno o en la oposición. Manifestamos nuestra voluntad de eliminar del ámbito de la legítima confrontación política o electoral entre nuestros dos partidos las políticas para acabar con el terrorismo».
El PP sólo cumplió este requisito mientras Aznar López presidió el Gobierno, tras perder las elecciones del 2004 convirtió el terrorismo en arma arrojadiza.

Visto y leído lo que la reunión de hoy ha dado de sí, al PP sólo le falta decir que el Gobierno sabía que ETA iba a colocar la bomba de la T4 y que permitió el crimen.
Según Rajoy, Rodríguez Zapatero «tiene que explicar qué es lo que ha ocurrido y que llevó a acontecimientos que no tenia previstos». ¿Alguien podía prever que ETA pondría una bomba poco después de acordar que emisarios --que no representantes-- suyos y del Gobierno se reunieran al paso de uno o dos meses?

Rajoy Brey pone la retórica y Rodríguez Zapatero, la ingenuidad.

[1] Ningures es una palabra gallega que carece de correspondencia en castellano; el vocablo puede ser traducido por las expresiones "en ningún sitio" o, literariamente, por "fuera de la realidad".