La construcción de la planta de almacenamiento de gas en el interior de la ría de Ferrol, en la costa del municipio de Mugardos, ha suscitado durante los últimos cinco años cíclicas protestas y acciones de rechazo.
A pesar de la trascendencia del proyecto y de los riesgos probados que entraña ese tipo de instalaciones, la respuesta de la sociedad civil de Ferrolterra ha sido de orden menor, salvo en momentos puntuales y sin menoscabo de la intensa y decidida acción de un sector minoritario que, todo sea dicho, apenas ha sido respaldado por las organizaciones políticas presentes.
A la pasividad de la mayoría de la población --cosa que está mal visto decir, pero que no por ello es menos cierta--, se ha sumado un escenario político negativo para los intereses generales pero favorable para los inversores.
A pesar de la trascendencia del proyecto y de los riesgos probados que entraña ese tipo de instalaciones, la respuesta de la sociedad civil de Ferrolterra ha sido de orden menor, salvo en momentos puntuales y sin menoscabo de la intensa y decidida acción de un sector minoritario que, todo sea dicho, apenas ha sido respaldado por las organizaciones políticas presentes.
A la pasividad de la mayoría de la población --cosa que está mal visto decir, pero que no por ello es menos cierta--, se ha sumado un escenario político negativo para los intereses generales pero favorable para los inversores.
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Apoyo firme y secreto
Sucesivos gobiernos autonómicos presididos por Fraga Iribarne (PP) han apoyado el proyecto con firmeza, hasta el punto de que el presidente del Ejecutivo gallego llegó a suscribir un protocolo secreto mediante el que se comprometió a utilizar todos los resortes a su alcance para garantizar la construcción del complejo y su puesta en marcha.
No obstante, en un arrebato de sinceridad, el portavoz de Reganosa ha llegado a reconocer que la planta «estaría mejor fuera de la ría».
Activistas anti-gasera dificultando la entrada de un buque en la ría (foto, Alberto Saavedra) |
Sucesivos gobiernos autonómicos presididos por Fraga Iribarne (PP) han apoyado el proyecto con firmeza, hasta el punto de que el presidente del Ejecutivo gallego llegó a suscribir un protocolo secreto mediante el que se comprometió a utilizar todos los resortes a su alcance para garantizar la construcción del complejo y su puesta en marcha.
No obstante, en un arrebato de sinceridad, el portavoz de Reganosa ha llegado a reconocer que la planta «estaría mejor fuera de la ría».
El episodio se ha caracterizado por el oscurantismo de la Xunta y, lo que es más grave, por la dejación de responsabilidades de las Administraciones española y comunitaria, pues la ubicación del complejo incumple las directivas 85/337 (evaluación de impacto ambiental) y 96/82 (control de riesgos) de la Unión Europea.
¿Y cuál es la posición actual de las fuerzas en presencia?
PSOE: El partido más votado en Ferrol en las recientes elecciones locales se limita a insistir en que hay que respetar la legalidad, pero nada efectivo hace para que así sea;
BNG (Bloque Nacionalista Galego): Da por perdida la lid político-administrativa;
EU (IU): Es la única formación que apoya decididamente a los detractores de la planta, pero carece de cuadros para reconducir las protestas;
PP: Satisfecho. Observa los toros desde la barrera y ha respetado las formas recomendando al Ejecutivo autonómico (PSOE-BNG) y a la Delegación del Gobierno central que hagan cumplir la legalidad;
IdF (Independientes de Ferrol, coligado con el PP en el gobierno municipal): Siempre ha apoyado a los inversores, pero procura no aparecer en escena, como si la cosa fuera ajena a ellos;
Sindicatos: Han tocado el asunto tangencialmente y aunque esté mal decirlo, lo cierto es que hay cuadros que apelan a la defensa de los puestos de trabajo y a los ¿beneficios? sociales que según ellos la gasera reportará a la población;
Grupos ecologistas: Siempre han estado en contra del complejo y movilizados. Pero son los que son: son pocos y mueven pocos votos;
¿Y la sociedad civil? La mayoría de la población dice comprender a los detractores, pero reina la inhibición.
En el actual escenario, ahora proliferan los puristas que exigen a EU (IU) que se niegue a respaldar un posible gobierno de izquierda en el Ayuntamiento de Ferrol. ¿Por qué se insisten en esa tesis?, ¿para castigar al PSOE o a EU?, ¿acaso es ecuánime exigir a EU lo que no se le exige a nadie?.
Y el BNG local, por su parte, es renuente a gobernar con el PSOE, pero es difícil saber si esta actitud se debe al caso Reganosa o a su disgusto por compartir poder con la renacida EU --que tiene 4 concejales frente a 2 del Bloque, que ha perdido cientos de votos.
Sin embargo, todo lo relacionado con la política local es coyuntural, ¡y de corto alcance!, careciendo de relevancia real en el caso Reganosa.
Y el BNG local, por su parte, es renuente a gobernar con el PSOE, pero es difícil saber si esta actitud se debe al caso Reganosa o a su disgusto por compartir poder con la renacida EU --que tiene 4 concejales frente a 2 del Bloque, que ha perdido cientos de votos.
Sin embargo, todo lo relacionado con la política local es coyuntural, ¡y de corto alcance!, careciendo de relevancia real en el caso Reganosa.
Reganosa avanza con el viento de cola y, salvo sorpresa mayúscula, a medio plazo la ría dejará de ser un enclave de alto valor ecológico, sin olvidar los riesgos reales que suponen para la población la planta gasera y los buques-tanque cargados con decenas de miles de toneladas de gas que operarán en una ría de apenas 2.000 metros de anchura en su zona más amplia.
es un tema complejo, pero me muero de pena pensando en qué pasará con esa ría. la sociedad civil parece estar muerta, félix, cuando ya no reacciona en masa ni ante cosas así. de los políticos no digo nada, nunca esperod demasiado de ellos.
ResponderEliminarTu comentario es bastante parecido a lo que ocurre en Extremadura.
ResponderEliminarAquí el PSOE quiere poner una refinería de petróleo en Tierra de Barros (tierra rica en vinos y aceites).
El caso es bastante similar. Quizás aquí parecía que había más gente en contra, pero el PSOE ha salido muy reforzado de las últimas elecciones.
Supongo que tarde o temprano la harán y la sociedad civil no hace nada para impedir que hagan un tuboito de 250 km desde Huelva o desde Portugal, que nos pongan una refinería y todas las industras contaminantes que esto conlleva.
En fin, es una realidad, la sociedad civil está domesticada por el poder.
Lolo, ¡que poco orginal es el ser humano! No rendíos, el tiempo pone a todos --o casi todos-- en su lugar. El PSOE tiene aciertos, pero es una locura que algunos del PSOE crean que siempre siempre siempre aciertan. Un abrazo.
ResponderEliminarEs cierto que es un tema complicado, pero Reganosa debe salir del interior de la ría o tendremos complicaciones mayores. El dinero en este caso no tendría que ser prioritario. Los puestos de trabajo que supone una Reganosa dentro de la ría y funcionando serán los trabajos que otros perderán en el mismo espacio. Eso siendo optimistas y esperando que nunca suceda una catástrofe que nos lleve a perder algo más que trabajo.
ResponderEliminarEn fin, reganosa es en si misma un desatre ecológico de envergadura.