Hoy hace 18 años de un episodio que hizo época. En Extremo Oriente existía un régimen de economía planificada [¡que no comunista!, ¿o acaso alguna vez hubo un régimen comunista o socialista?] que, para colmo, lavaba su autoritarismo con ramalazos etnicistas y apelaba a su identificación espiritual con los valores de Oriente.
Es decir, un pastiche contradictorio aunque humanamente lógico.
Imagen satelitaria de la plaza Tiananmén |
Si se tienen en cuenta los antecedentes étnico-culturales de las naciones que forman parte de la actual China, es filosóficamente incomprensible que un gobierno de sabios permitiera que el ejército causara entre 35 y 1.700 muertes, según las fuentes, en la plaza de Tiananmén, en Pekín (la segunda cifra es, simplemente, una dislate increíble).
Lo ocurrido en Tiananmén es todavía hoy un misterio y los medios occidentales y occidentalistas no facilitan precisamente el conocimiento de las cosas, mucho menos si se trata de asuntos referidos a China, Rusia u otros "enemigos".
No en vano, en contra de lo que han proclamado los interesados de siempre, las reformas propiciadas en su día por Deng Xiaoping eran exclusivamente económicas; aunque lógica e inevitablemente tuvieron secuelas sociales y a la postre, políticas.
No en vano, en contra de lo que han proclamado los interesados de siempre, las reformas propiciadas en su día por Deng Xiaoping eran exclusivamente económicas; aunque lógica e inevitablemente tuvieron secuelas sociales y a la postre, políticas.
Ciertamente, desde entonces y por motivos de compleja explicación, en China han cambiado las cosas, pero no tantas ni tanto como quieren dar a entender los defensores de la libertad que, curiosamente, son los primeros en evitar el recuerdo de Tiananmén por motivos comerciales.
¿Alguien cree realmente que EE UU y la mayoría de países de Occidente defenderán que las autoridades chinas respeten los criterios propios de un Estado de Derecho a riesgo de malograr un mercado de 1.000 millones de personas y potenciales clientes?
Ni los chinos se lo creen...
Ni los chinos se lo creen...
Por favor, recuerde Tiananmén, aunque sólo sea durante unos segundos, pero es recomenrable que lo hagan sin satanizar a todos y todo.
BIOGRAFÍA de Jiang Zemín, heredero de Deng Xiaoping y coartífice político de la puesta en práctica de la teoría Un país, dos sistemas.
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