Gabriel Elorriaga (PP) ha dicho que Rodríguez Zapatero «tiene la palabra fracaso grabada en la frente» por causa del embarrancamiento del mal llamado proceso de paz [el mal llamado proceso de paz, pues no hay una guerra, por mucho que ETA se empeñe en describir así el escenario y los demás, casi todos, comulguen con semejante tesis].
Elorriaga --es decir, el PP-- considera que el presidente del actual Gobierno es un fracasado por no haber logrado que los etarras sean racionales; fracaso que, pese a la desmemoria de Elorriaga y del PP, sería imputable a todos los gobiernos habidos en España desde hace medio siglo, incluidos los que presidió Aznar López.
Abundando en miserias retórico-políticas, tras la última demostración de la dirección de ETA de que su salud ideológica sigue bajo mínimos, Rajoy ha exigido a Rodríguez Zapatero que pida perdón (¿por qué?, ¿por haber intentado lo mismo que Aznar López?), que rectifique (si hubiera rectificado y derogado la Ley de Partidos otro gallo cantaría), y que prometa no dialogar jamás con ETA (se supone que Rajoy propone esto último para que sea un presidente de gobierno popular quien lo haga, si gana las elecciones).
Si Rodríguez Zapatero tiene la palabra fracaso grabada en la frente, ¿qué palabra tienen grabada los dirigentes del PP? Muy sencillo: ETA, ¡y con letras de oro!
¿Qué sería del PP sin ETA?
¿Qué sería del PP sin ETA?
Puede que la palabra fracaso sea imputable a los miembros del Gobierno y a los dirigentes del PSOE, pudiera ser; pero la causa de ese fracaso relacionado con ETA no es la que dice Elorriaga.
¿Cuál, entonces?
Es evidente: El fracaso del PSOE es haberse dejado arrastrar al terreno del PP, que es el de la retórica (hablar por hablar) y reducir todos los problemas a uno, el de la violencia etarra.
Hacer política en el campo del monocorde PP sí es un fracaso, en efecto, porque en ese terreno el ganador siempre será el PP por ser el partido que más sabe de violencia y de mixtificaciones.
¿Cuál, entonces?
Es evidente: El fracaso del PSOE es haberse dejado arrastrar al terreno del PP, que es el de la retórica (hablar por hablar) y reducir todos los problemas a uno, el de la violencia etarra.
Hacer política en el campo del monocorde PP sí es un fracaso, en efecto, porque en ese terreno el ganador siempre será el PP por ser el partido que más sabe de violencia y de mixtificaciones.
Lo más triste de todo es que es cierto lo que comentas. Parece que en España no hubiera más temas de interés general que el de si un terrorista come o deja de comer... para desgracia de los mileuristas (pero menos, según parece), de los que no pueden pagar una hipoteca, de los que no tienen empleo fijo (ni esporádico en muchos casos), de los que esperan a que una lista se mueva hasta que les toque, etc.
ResponderEliminarParece que la ramplonería y la mezquindad se han asentado y han echado raíces en el abonado terreno de la política mediocre de este país. Para colmo de males, parece que ningún otro partido/alternativa se haya dado cuenta de ello y sigan con el raca-raca (como diría Peridis e alguna de sus viñetas) a ver si dejamos de marear siempre la misma perdíz... que cada día que pasa huele más (y ya no sé si estará muerta en vida o viva pero a puntito de morirse).