Tal como reseña Manuel M. Almeida (Mangas Verdes), esta y otras medallas llegan con cierto retraso, cuando Google ya es una realidad incontestable. A lo que sólo cabe añadir que otro gallo nos cantaría si las iniciativas proactivas, aunque escuezan a según quienes, fueran reconocidas cuando ya es evidente su valor social, cultural o económico. Sin retrasos y sin estar pendientes de la conveniencia institucional o de que sean políticamente correctas.
Almeida pregunta: «¿Se ha premiado al emporio o a la herramienta de comunicación?”; y constata que “los Príncipe de Asturias continúan en su línea de apostar a caballo ganador. Una línea mediática que lo acerca en obviedad y escaso interés a, por ejemplo, el Premio Planeta».
De acuerdo con tu postura, Google se merece este y muchos premios y no creo que nadie pueda oponerse, pero en los últimos años los premios Príncipe de Asturias están cayendo en dar premios de cara a la galería.
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No había leído el comentario de Mangas Verdes (que haré de inmediato). Pero, por lo que comenta, coincido plenamente en que estos premios hace mucho tiempo que carecen del más mínimo interés, como no sea el de hacer una propaganda gratuita a beneficio de la Casa Real. Lástima, no empezaron mal.
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