¿Quién roba impunemente a manos llenas?
Naciones Unidas, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), los datos de la Agencia Internacional de la Energía y el propio gobierno de Arabia Saudí --primer productor mundial de hidrocarburos-- coinciden en que los actuales precios del crudo son inexplicables si se atiende a la oferta y a la demanda existentes. Un fenómeno similar se registra con los alimentos.
La explicación es sencilla, en esto también hay coincidencia: ambas carestías son fruto de la especulación a la que se dedican de forma sistemática las grandes fortunas y un número creciente de entidades financieras. A su vez, la especulación es posible debido a la atroz desregulación que propician las políticas económicas imperantes en Occidente.
Este y no otro es el debate de fondo.
Los líderes políticos y económicos de orden se llenan la boca constatando evidencias: ¡La economía está globalizada!, pero luego se tornan mentalmente chiquitos --o lo hacen ver-- y buscan soluciones país por país, sabiendo que en economía ya no existen las fórmulas con frontera.
Los líderes políticos y económicos de orden se llenan la boca constatando evidencias: ¡La economía está globalizada!, pero luego se tornan mentalmente chiquitos --o lo hacen ver-- y buscan soluciones país por país, sabiendo que en economía ya no existen las fórmulas con frontera.
Paralizar el transporte es una pataleta comprensible, incluso legítima, pero es visceral e inútil. Y las soluciones que los gobiernos ofrecen a quienes protestan por la carestía del crudo constituye un parche momentáneo que alimenta la creencia popular de que un gobierno puede poner coto a un robo que es de ámbito planetario. ¿A quiénes les interesa mantener viva esta falacia?
La derecha (los PP) es consecuente con su ideario y su táctica es la que corresponde. Casi todo vale con tal de evitar que se hable de lo que realmente toca hueso.
Lo que carece de explicación es que la socialdemocracia se haya pervertido hasta el punto de entrar en ese juego, renunciando a poner cartas boca arriba y confundiendo seriedad con rictus.
¿Tanto dinero debe la izquierda caviar a los bancos?, ¿tantos son sus lazos personales con la elite financiera?, ¿tan ignorantes son sus líderes que creen que el precio del crudo lo puede racionalizar un gobierno?, ¿tan ingenuos son que confían en que los especuladores se avengan a razones?...
¿Quién roba a manos llenas y por qué puede hacerlo sin que los gobiernos serios de Occidente pongan coto?
Pensar, ¡que todavía no está prohibido!, proporciona respuestas.
Especulação?
ResponderEliminarEm um mundo onde as crises som desaleraçoms e os sindicatos trocam em agentes sociais já têm um eufemismo novo para isto: agora à especulação chamam-lhe mercado de futuros.
Félix, he empleado tu entrada en mi página, pues quería desarrollarlo. Espero que no te moleste.
ResponderEliminarUn saludo!
(este comentario no hace falta que lo publiques, claro)
A El Mendigo y al resto de lectores y amigos de la Blogosfera:
ResponderEliminarLos textos de Im-Pulso son reprodudibles siempre, aplicando los criterios clásicos de la Blogosfera y tal como recoge la licencia ColorIuris (ver al final de la columna lateral del blog).
El único requisito es que no se comercialicen los textos; vamos, que no sean utilizados para ganar "tajada": dinero.
Por lo demás, es un honor --en el sentido humano que no social del término-- que un colega de la Blogosfera utilice mis textos; yo también reproduzco, enlazo y recomiendo textos de otros blogueros.
Mendigo, un abrazo.
Había visto la licencia. Aún así, no cuesta nada comentarlo, aunque sólo sea por cortesía.
ResponderEliminar;)
Unha aperta!
A El Mendigo:
ResponderEliminarPasa el tiempo y un poco ya nos conocemos: Sé que preguntaste o indicaste el bis por cortesía.
Y yo aproveché para que los lectores menos duchos o informados conozcan uno de los criterios de la Blogoesfera.
Gracias por tu ejemplo y por darme la oportunidad de subrayar el escaso sentido de propiedad que nos caracteriza.