Sinkiang: Cómo analizar la revuelta uigur sin ponerse la venda

La revuelta de los uigures [pueblo de la gran familia túrquica], asentados en su mayoría en la región autónoma china de Xinjiang o Sinkiang, ha vuelto a dejar en entredicho la fiabilidad de la mayoría de los "grandes" medios de información, que en asuntos históricos acusan notables deficiencias a la hora de transmitir conocimientos; aparte de los que se dedican claramente a recrear la realidad por interés o con intenciones políticas.
Ese fenómeno desinformativo e intoxicador es similar al acaecido en la primavera de 2008 con motivo de los disturbios registrados en el Tíbet, territorio del que cierto tipo de ignorantes han llegado a decir que había sido siempre independiente y que no perteneció a China hasta que se produjo la revolución maoísta.

La adscripción de la vasta región de Sinkiang [1,5 millones de kilómetros cuadrados, tres veces la superficie de España] a China es un guadiana pero, en todo caso, es un hecho histórico aunque política y administrativamente el nexo es reciente.
Al contrario que el Tíbet, el Turquestán Oriental [este es el topónimo que en rigor corresponde a gran parte de Sinkiang] fue un Estado soberano durante el período 1864-1877 y más recientemente, durante el bienio 1933-34, bienio republicano que fue liquidado mediante un pacto sino-ruso: Moscú temía la extensión del independentismo uigur a otros pueblos túrquicos asentados en las repúblicas soviéticas de Asia central; en tanto que la entonces políticamente débil pero inmensa China no estaba dispuesta a perder las riquezas minerales que atesora el subsuelo del viejo Turquestán.
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División administrativa de China (pulsar para ampliar)

14 de noviembre de 1884

La primera vez que Pekín organizó el vasto territorio del noroeste como parte integrante del Estado fue hace sólo 125 años, a raíz del acuerdo fronterizo que alcanzó con la imperio zarista tras derrotar a los independentistas uigures, victoria que fue posible gracias a la intervención rusa. El ejército zarista fue determinante.

Con fecha 14 de noviembre de 1884 fue emitido el decreto por el que se creaba la provincia de Sinkiang (cuya traducción literal es "nuevo domino").

Es decir, Sinkiang forma parte de China (con el paréntesis del bienio 1933-34) desde finales del siglo XIX; incorporación que cabe estimar de muy reciente si se tiene en cuenta que la presencia en el Tibet de los han y de otros pueblos procedentes del norte se inició en el Neolítico (hace 30 siglos) y la adscripción del territorio a un poder chino se produjo en el XIII.

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[Cuando el Tibet pasó a formar parte del Imperio Mogol (siglo XI) el gran imperio de base religiosa que fue tres siglos antes ya era historia casi olvidada y la nación carecía de un poder unitario.

El territorio y su población se los repartían una suerte de señores feudales entre los que destacaban los que poseían dignidad religiosa (budismo autóctono), único elemento tibetano que restaba.

Tras el declive del poder indostaní de los mogoles, la adscripción del antiguo Tibet --cuya superficie original abarcaba poco más del 50 % de la actual provincia de ese nombre-- a sucesivos poderes de China ha registrado muy breves paréntesis desde hace ya más de siete siglos y se ha perpetuado hasta hoy bajo distintas fórmulas y regímenes]

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Con excusas más hollywoodianas que racionales, carentes de explicación sistémica (o económica) y cuya única finalidad es perjudicar a China, los gobiernos de Occidente están más interesados en todo cuanto ocurre en la ex finca de los simpáticos lamas [singular mezcla de señor feudal y obispo] que en el remoto Turquestán Oriental.
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.Sinkiang no es uniforme

En contra de lo que algunos medios han dado a entender, Sinkiang no es una región uniforme, ni mucho menos; entre sus actuales 20 millones de habitantes los hay de distintas etnias (o naciones): el pueblo uigur supone el 45 % de la población; los han (la etnia mayoritaria en China) constituyen el 40 %; los kazajos, el 6 %; los kirguises, el 3 % y los mongoles el 1,5 %,; en tanto que el resto son individuos de las etnias tayika, xibe, manchú, uzbeka, rusa, daur, altái y tártara.

A mayores, se hablan una docena de lenguas, varias de ellas de la familia de las túrquicas, como es el caso del uigur, y aunque la religión musulmana es la más extendida (en torno al 52 % de la población), los mahometanos sólo son mayoría demográfica en la franja occidental y en la antigua Jungaria o Zungaria (el tercio norte de la provincia), donde está la capital administrativa de Sinkiang: Urumchi (o Urumqi)

Es obligado subrayar que los han (la etnia mayoritaria en China) constituyen el 40 % de la población de Sinkiang gracias en gran medida a las políticas de migración y repoblación aplicadas por Pekín, movimientos de población que en varias ocasiones tuvieron intencionalidad política, si bien a partir de los años noventa siempre se han producido inmigraciones --y no solo de individuos han-- de forma natural debido a las ventajosas ofertas laborales, derivadas de la explotación de la proverbial riqueza minera de la provincia.
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Mapa del Turquestán

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El Turquestán es la cuna de los pueblos túrquicos,

emparentados entre sí pero secularmente mal avenidos

Mientras que en el Turquestán occidental nunca fructificó un proyecto unitario, en el levante de la histórica región túrquica sí lograron constituir la República del Turquestán Oriental en el siglo XIX, Estado independiente que no llegó a fraguar debido, básicamente, a tres factores:

* Primero, por las ancestrales y enconadas divisiones que caracterizan la historia de los uigures y demás pueblos túrquicos, derivadas de localismos, pugnas tribales o de cariz religioso, intereses de clanes que actuaban aplicando criterios mafiosos, enfrentamientos económicos y/o hábitos nómadas, entre otras causas de menor calado;

* Segundo, debido a que aproximadamente un tercio de la población uigur vive en los países vecinos, fundamentalmente en Kazajastán, Kirguistán y Tayikistán, y en menor medida en Afganistán, Mongolia, Pakistán y Rusia; sin olvidar que la diáspora uigur ha creado comunidades en países tan lejanos como Alemania y Estados Unidos;

* Tercero, a causa del alto interés que ha tenido y tiene el territorio uigur para China y Rusia (la zarista y la soviética), sin olvidar que la imperial Gran Bretaña del siglo XIX y principios del XX también intervino directamente y condicionó importantes decisiones geopolíticas que marcaron el trazado de las fronteras de gran parte de Asia, sobre todo las de la mayoría de países con costa en el Índico y las del Oriente Próximo.
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Lo más cómodo y rentable es recurrir al maniqueísmo

para sortear la complejidad y satanizar al malo de turno

El conflicto va mucho más allá de ser un pleito de raíz religiosa, que es la visión que ha sido ampliamente difundida en Occidente. El asunto es más complejo, pues hay variados factores económicos, sociales, culturales, políticos, geopolíticos y también religiosos, por supuesto, además de las pugnas interétnicas que caracterizan el pasado y el presente de los pueblos túrquicos.

Al igual que en la mayoría de ocasiones conviene huir de los maniqueísmos. Ni todos los uigures son independentistas y buenos, ni todo lo chino es malo.

Y un dato que es fundamental: el Turquestán y por tanto gran parte de Sinkiang, es uno de los territorios del planeta en los que a lo largo de la historia se han registrado más levantamientos, revueltas y enfrentamientos civiles; caracterizándose por haber sido, junto a naciones sin Estado como Baluchistán o Estados-nación como Afganistán, uno de los espacios más ingobernables y socialmente más desestructurados del planeta.

DE INTERÉS:
Agosto 2019, «Uigures», por Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China.
Diciembre 2019, «Un millón de Uigures», por Rafael Poch, en CTXT.

Novembro 2020, «O Movemento Islámico do Turquestán Oriental (MITO) xa non é "terrorista" para os EUA», por Luis A. González Francisco, vía Igadi.