El rebumbio provocado porque otro científico de renombre ha descartado la hipótesis de que un ser sobrenatural haya creado el universo y la vida es, sencillamente, un absurdo.
Stephen Hawking, que hace unos años dijo «no descarto la existencia de un dios», ahora, ahondando en la razón y con base en el conocimiento científico, ha descartado que la hipótesis de un dios sea necesaria para explicar la vida.
He aquí el absurdo que encierra la polémica, que ya es vieja y cansa: Las iglesias no sólo insisten en que hay que creer sus verdades, incluidas cuestiones que ellas desconocen, sino que además se atreven a afirmar que nada existiría sin la existencia previa de sus respectivos dioses…
He aquí el absurdo que encierra la polémica, que ya es vieja y cansa: Las iglesias no sólo insisten en que hay que creer sus verdades, incluidas cuestiones que ellas desconocen, sino que además se atreven a afirmar que nada existiría sin la existencia previa de sus respectivos dioses…
El absurdo se convierte en novela cuando, por ejemplo, los directivos de las iglesias instruyen a los creyentes diciendo que dios no sólo creó la vida, sino que además la controla y conduce a los muertos a un paraíso del que para colmo hay versiones al gusto.
Detalles como este, aparte de merecer una sonrisa, provocan inevitablemente que quienes usan la inteligencia sospechen que...
A poco que un hombre sensato no tema pensar y lo haga de forma habitual acaba descubriendo que las iglesias y sus verdades son... lo que son.
A poco que un hombre sensato no tema pensar y lo haga de forma habitual acaba descubriendo que las iglesias y sus verdades son... lo que son.
El uso de la inteligencia y del conocimiento indican que la religión institucionalizada merece rechazo porque es fruto de la premeditación de una organización que levanta pirámides y templos, construye falacias y altares, consagra dogmas e impone normas, etcétera... y defiende intereses.
Cosa distinta es la fe del individuo creyente, que merece respeto porque obedece a una actitud radicalmente humana, pues es hija de sentimientos y sensaciones, también de una formación y una instrucción concretas, así como de tradiciones culturales determinadas.
El absurdo no es la fe de los creyentes, sino la organización religiosa (= entidad privada que aspira a imponer sus creencias, su ideología y todo cuanto pueda y le dejen para, finalmente, tomar el poder social, cultural y político).
El absurdo no es la fe de los creyentes, sino la organización religiosa (= entidad privada que aspira a imponer sus creencias, su ideología y todo cuanto pueda y le dejen para, finalmente, tomar el poder social, cultural y político).
También he leído por allí que el Hawking ese no cree en el Monstruo Espagueti Volador ni en la Unicornio Rosa Invisible... así que su credibilidad ha quedado en duda.
ResponderEliminar¿Cómo podemos confiar en la palabra de aquel que incapaz de creer en dos deidades tan magníficas?
A SERGIO,
ResponderEliminarHaces bien, mejor tomarlo con humor...