05 diciembre 2006

El humo de la guerra contra las hamburguesas

El Gobierno ha declarado la guerra a las hamburguesas gigantes. ¿Por qué? Pues vista la inversión de saliva, medios humanos y materiales, cabe pensar que el consumo exagerado de carne picada constituye uno de los problemas sanitarios más graves del país.
Veamos otras cuestiones relacionada con la salud pública que, al parecer, son de menor gravedad o que merecen menos atención gubernamental; o acaso la tienen, pero guardada en un cajón:
1. La ausencia de estudios epidemiológicos que expliquen la notable incidencia de cánceres entre quienes residen en las proximidades de centrales nucleares;
2. La insuficiente plantilla de médicos de atención primaria y de familia en todas las comunidades autónomas, aunque las deficiencias van por barrios --lógicamente, en los barrios o territorios socialmente degradados o menos ricos las taras son mayores;
Imágenes de una persona que padecía obesidad mórbida
--mal que es ajeno a la ingesta de alimentos--, antes y
después de haberse sometido a una intervención quirúrgica.
El sobrepeso ya afecta a 2 de cada 10 españoles;
pero, ¿cuál es la causa fundamental:
las hamburguesas o el sedentarismo?
3. Las listas de espera para que los trabajadores afiliados a la seguriad social --que no son todos, por cierto-- y sus familiares accedan en tiempo y forma adecuadas a servicios quirúrgicos y a especialistas, problema cuya gravedad también va por barrios y autonomías;
4. Prácticamente todas las ciudades gallegas de costa vierten sus aguas negras al mar y la mierda, hablando en plata, acaricia a los bañistas, engorda peces y asuela flora y fauna sin cuento;
5. El número de inspectores de sanidad --sean servicios centrales o autonómicos-- que velan y controlan las prácticas de los establecimieentos que preparan, sirven o venden alimentos es tan escaso que da vergüenza decirlo...
La lista de taras ocuparía varias páginas y cansaría al lector más paciente.
Ciertamente, hay hamburgueserías --no todas-- que conviene evitar, y no sólo por la baja calidad de sus productos o por los excesos calóricos de los bistés que comercializan, sino que además llevan a cabo campañas publicitarias trufadas de mensajes sexistas, amén de otros ismos tanto o más idiotizadores. Pero de ahí a convertir las hamburguesas en un problema de Estado media un abismo.
¿Por qué el Gobierno no se emplea con similar energía para erradicar la usura?, por ejemplo. ¿O por qué no garantiza el cumplimiento de las leyes y normas que obligan a que los edificios públicos tengan accesos adecuados para discapacitados --¡ojo, quien esto suscribe no acusa ninguna discapacidad psicomotora!, no sea que alguien mate al mensajero alegando que barre para casa.
Sólo son dos ejemplos.   
Hay decenas de iniquidades, pero algunas son comprensibles o acaso justificables porque combatirlas exige enfrentarse a... Seguro que usted no necesita que le diga quiénes.  
Prohíbanse la promoción y la venta de productos insanos --si se comprueba que lo son--; pero, por favor, sin aspavientos.  
Papá Estado debería preocuparse de asumir su responsabilidasd esencial: administrar, legislar y cumplir y hacer cumplir la ley. ¿No será que legislar y mojarse siempre comporta el riesgo de perder votos y, por tanto, es mejor hacer campañas buenistas?   
Hay campañas que, como la de este caso, huelen a humo escampado para tapar otras deficiencias, o quizá para entretener al público con problemas menores que serían superables si hubiera voluntad política y legislativa para ello.   
MÁS información, en 20minutos.

2 comentarios:

  1. o pto 4 paréceme moi importante, sobor de todo cando se cre que sobrando auga en Galiza(agora só no inverno) pódese gastar a que un queira ou a que pague, e non se conta con que a meirande parte non se bebe, vai directamente a esas depuradoras que ninguén quere preto da súa casa e que sobrepasan a súa capacidade, facéndose necesaria a construción de máis e máis depuradoras.

    E o mesmo coa reciclaxe, o aforro de auga, electricidade... e a reciclaxe deberían ser premidas na factura dalgunha forma.

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  2. Muy buenas preguntas.

    Sobre todo muy explícita la que acompaña a la imagen ¿tienen más culpa las hamburguesas que el sedentarismo?, podrían hacerse mil preguntas más de esta índole. El Ministerio de Sanidad se equivoca, o quizás no y sólo está jugando a despitar, a desviar la atención.

    Quizás si invirtiese los dineros de estas campañas en contratar los profesionales adecuados en Atención primaria, por ejemplo, no sería necesario poner un rabo y dos cuernos a las hamburguesas, por muy XL que sean.

    Educación siempre, prohibición jamás.

    Un saludo

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