George W. Bush y Kim Jong-il pasaron el fin de semana en una casa de turismo rural de la sierra madrileña. ¿Imposible?, ¿exagerado?, ¿ridículo?, ¿vergonzoso?, ¿repugnante?
Sí, lanzar infundios es todo eso y más, aunque sean tan increíbles como el que relaciona al presidente de Estados Unidos con el de Corea del Norte. Sin embargo, la realidad supera a la ficción.
Sí, lanzar infundios es todo eso y más, aunque sean tan increíbles como el que relaciona al presidente de Estados Unidos con el de Corea del Norte. Sin embargo, la realidad supera a la ficción.
Libertad Digital (la revista electrónica que pilota Jiménez Losantos, el mitinero periodista que trabaja para la Conferencia Episcopal en la Cope) reproduce una entrevista a César Vidal que empieza así:
→¿Qué es exactamente el don de profecía que se menciona en el Nuevo Testamento? --pregunta el entrevistador.
→Es un carisma otorgado por el Espíritu Santo cuya finalidad es consolar y animar a la congregación tal y como lo describe Pablo en I Corintios 12 y 14. Ocasionalmente implica una predicción del futuro, pero en términos generales consiste más en saber leer el tiempo en que se vive con los ojos de Dios --contesta Vidal.
Y unos párrafos más abajo la conversación alcanza las más altas cotas:
→Veo el panorama político bastante mal; relaciono muchas cosas con la Segunda República del 34 y 35, ¿Podríamos volver a caer en lo mismo que caímos en el 36?
→Que más le gustaría a ZP y a los nacionalistas, claro que ganando ahora la batalla del Ebro --se despacha el entrevistado.
Lo de George W. Bush y Kim Jong-il provocaría sonrisas y críticas porque el chiste es de evidente mal gusto y no tiene gracia, pero lo de César Vidal es inquietante porque va en serio y alimenta basuras políticas que dañan la convivencia.
NOTA: César Vidal trabaja, entre otras cosas, de analista y comentarista para la cadena de emisoras de la Conferencia Episcopal, COPE.
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