Sólo los insensatos restan valor a la Ciencia, pero por similar regla de tres sólo los insensatos dan por cierto todo cuanto elucubran o sentencian uno o varios científicos.
Esta reflexión viene a cuento de lo siguiente: un equipo de científicos de las universidades estadounidenses de Nueva York (NYU) y de Los Ángeles (UCLA) afirman haber demostrado que el cerebro decide si una persona es progresista o conservadora ¡!
De entrada, cabe plantear dos preguntas:
Esta reflexión viene a cuento de lo siguiente: un equipo de científicos de las universidades estadounidenses de Nueva York (NYU) y de Los Ángeles (UCLA) afirman haber demostrado que el cerebro decide si una persona es progresista o conservadora ¡!
De entrada, cabe plantear dos preguntas:
Libro de muy recomendable lectura |
Segunda: ¿Qué significa ser progresista y qué conservador?
Pero dejando de lado ambas cuestiones, que en todo caso son sustanciales --sobre todo la primera--, los científicos de NYU y UCLA han llegado a semejante conclusión analizando las conductas de un colectivo de universitarios de variados criterios ideológicos y las respuestas que dieron a una serie de cuestionarios.
Este experimento científico --si se le puede llamar así-- ha sido publicado en Nature neuroscience y divulgado por Los Angeles times.
Este experimento científico --si se le puede llamar así-- ha sido publicado en Nature neuroscience y divulgado por Los Angeles times.
La tesis recuerda a otras precedentes referidas, por ejemplo, a la supuesta propensión innata a delinquir de determinado tipo de personas; verdad científica esta que ha suscitado, suscita y suscitará diatribas sin cuento entre sus partidarios --los llamados deterministas-- y quienes advierten de que el hombre --como todo ser vivo-- también actúa (o piensa) en función de lo que ha vivido y aprendido… O en función de lo que no ha vivido y no ha aprendido, ¡o no le han permitido aprender o conocer!
La singular tesis de NYU y UCLA es, dicho con delicadeza, un tanto simplista y apenas aporta un borroso trazo al estudio y conocimiento del comportamiento humano en sociedad.
El descubrimiento estadounidense de las inclinaciones políticas de origen natural es, en todo caso, muy interesante para conocer un poco mejor como se retroalimentan las convicciones.
NOTA:
Para las personas interesadas en conocer un poco más sobre el funcionamiento del cerebro, aparte del libro cuya portada ilustra este comentario, es de especial utilidad por su sencillez El alma está en el cerebro, de Eduard Punset, recién publicado por Aguilar.
Para las personas interesadas en conocer un poco más sobre el funcionamiento del cerebro, aparte del libro cuya portada ilustra este comentario, es de especial utilidad por su sencillez El alma está en el cerebro, de Eduard Punset, recién publicado por Aguilar.
Bueno, es algo sabido que existen numerosas fundaciones dedicadas a financiar ese tipo de pseudoinvestigaciones que con el ropaje de lo "cientifico" se cuelan en los informativos. Me recuerda las tesis de la sociobiología: todo lo social tiene un fundamento biológico o algo así, creo recordar que decía. Y así justificamos todo lo que pasa en el mundo, sinó porque Dios lo quiere, será porque lo quieren los genes.
ResponderEliminarMuy bueno... al final haremos buena la expresión "háztelo mirar".
ResponderEliminarDentro de poco el ser democrata lo catalogarán como una enfermedad a tratar parecida a la homosexualidad.
Totalmente de acuerdo con las opiniones anteriores. Me fastidia que estos estudios "por encargo" con "resultados garantizados a priori" pretendan hacernos comulgar con ruedas de molino... ¡¡¡Es que hay que tener un buen par para, hoy en día, pretender colocar algo así!!!
ResponderEliminar¡¡Manda huevos!! como decía cierto Presidente del Congreso de los diputados años ha.
No hace demasiado tiempo, las publicaciones científicas eran publicaciones científicas.
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