Acaba una semana que ha servido, entre otras cosas, para que la generalidad de los medios, aunque siempre hay excepciones, se olviden de uno de esos asuntos que ellos mismos habían convertido en matraca veraniega: las FARC.
La guerrilla colombiana ha sido protagonista de una serie de tertulias, relatos y artículos que en su mayoría merecerían una amplia sonrisa sino fuera porque el asunto es dramático, no solo por las acciones de las FARC, sino sobre todo por el penoso papel que juega el Gobierno colombiano, por las personas que siguen secuestradas en la selva y las que están encarceladas, entre las que abundan los ciudadanos que son objeto de represalia legal por su oposición al régimen uribista.
Todos los colombianos, sin excepción, son víctimas a las que nada ayudan las películas que se cuentan, que para olmo son producidas por el poder.
Desde el ataque del Ejército colombiano contra un campamento de las FARC en territorio de Ecuador, hasta la liberación de Ingrid Betancourt, pasando por la supuesta colaboración FARC-ETA para cometer un atentado en Madrid, mentira ampliamente difundia, los insurgentes y el ejemplar presidente colombiano Álvaro Uribe han sido los protagonistas estelares de la actualidad en prensa, radio y TV, ¡incluso en programas televisivos especializados en el tomate!
La guerrilla colombiana ha sido protagonista de una serie de tertulias, relatos y artículos que en su mayoría merecerían una amplia sonrisa sino fuera porque el asunto es dramático, no solo por las acciones de las FARC, sino sobre todo por el penoso papel que juega el Gobierno colombiano, por las personas que siguen secuestradas en la selva y las que están encarceladas, entre las que abundan los ciudadanos que son objeto de represalia legal por su oposición al régimen uribista.
Todos los colombianos, sin excepción, son víctimas a las que nada ayudan las películas que se cuentan, que para olmo son producidas por el poder.
Desde el ataque del Ejército colombiano contra un campamento de las FARC en territorio de Ecuador, hasta la liberación de Ingrid Betancourt, pasando por la supuesta colaboración FARC-ETA para cometer un atentado en Madrid, mentira ampliamente difundia, los insurgentes y el ejemplar presidente colombiano Álvaro Uribe han sido los protagonistas estelares de la actualidad en prensa, radio y TV, ¡incluso en programas televisivos especializados en el tomate!
Pues bien, aprovechando ese despliegue informativo, casi todos los partidos políticos --en especial el PP, como es lógico-- han reiterado su condena de la violencia, ¡exceptuando la de Irak...!, como también es lógico.
Pero, ¿qué tiene que ver Zapalana con esa matraca?
Calmadas las aguas del océano FARC-Uribe, bueno será recordar que Zaplana, látigo del PP en la conspiranoia y ejemplo de pertinaz antiterrorista, fue uno de los mejores anfitriones de las FARC en Europa: pulse aquí, lea, compare y si encuentra un político hipócrita mejor, ¡cómprelo!...
El maniqueísmo es una de las peores enfermedades de la razón, pues acaba generando fanatismos y estos impiden la convivencia.
A esto se le llama dar en el clavo e investigar en la hemeroteca para avalar con rigor una información. Ya sabes, Félix, que esta derecha que nos ha caído en suertereprte lecciones de hipocresía. Gracias por la información, que por supuesto enlazaré en mi blog.
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