10 febrero 2009

Conseguidores, aprovechados e incapaces debilitan todavía más la "marca Rajoy"

Cuando la información se acumula y se repite en tantos medios el lector corre el riesgo de perderse. Algo así ocurre con la extensa red de presuntos corruptos, estrechamente vinculados con altos cargos partidarios e institucionales del PP.
Sirva este post como guía para dar un breve paseo cronológico:
La primera información data del día 6 de este mes, cuando se divulgaba la noticia de las primeras cinco detenciones, destacando la de Francisco Correa (empresa Orange Market), presunto jefe o coordinador de la red y beneficiario de sabrosas contratas, concesiones, favores y prerrogativas.
Las empresas que controlaban o controlan los cinco primeros detenidos constatan la profundidad y la profesionalidad del engranaje.
Los investigados forman parte de la elite empresarial que se codeaba y codea con la cúpula del PP valenciano, así lo revelan numerosos datos y crónicas de eventos.
Las grabaciones incorporadas al expendiente judicial parecen extraídas de un guión de película con personajes de la mafia: «Ganamos 12.000 kilos. De mi 50 %, yo reparto con Ramón, Álvaro y el alcalde».
O estas otras: "Le pusimos ahí y está subidito, se le ha olvidado que ha estado en la mierda" y El Ayuntamiento de Madrid contrató a la empresa Good and Better recién constituida la compañía, cuyos gestores son dos de los detenidos.
El escándalo sólo acaba de empezar, el juez instructor dispone de 25 cajas con documentación y ordenadores incautados en la llamada Operación Gürtel (gürtel, palabra alemana cuya traducción al castellano es correa).
A la vista de que el asunto amenaza con derivar en alud, el PP ha convoca una reunión extraordinaria y urgente de su comité ejecutivo nacional para mañana miércoles.
Lo que faltaba, el presidente de la comunidad valenciana entra en escena al ser mencionado en las grabaciones: Una de las implicadas en la investigación afirma que a Francisco Camps le han pagado varios trajes e identifica la tienda donde fueron adquiridos.
El colmo, la trama de presuntos corruptos queda conectada con el caso de espionaje intrapartidario descubierto en el PP madrileño.
¿Cómo, qué, cuándo...? Pues resulta que el presidente de la comisión de la Asamblea de Madrid que investiga el caso del espionaje, el popular Benjamín Martín Castro, nombrado personalmente por la lideresa Aguirre, descubrió hace meses las corruptelas que se organizaban en Boadilla del Monte, amenazó con tirar de la manta y finalmente calló a cambio de una compensación económica.
Con todo este cúmulo de basura encima de la mesa, la secretaria general del PP se tira a la piscina al acusar al PSOE de utilizar el escándalo para... ¡Menuda memez!
Por salud democrática, urge que María Dolores de Cospedal, el alcalde vallisoletano y demás confundidos acepten que en un Estado de Derecho con resortes democráticos (incluidos los partidos) es necesario e incluso obligatorio acosar políticamente a las organizaciones en las que anidan o en las que se apoyan los corruptos, máxime si --como en este caso-- hay indicios de que existe una organización o trama delictiva.
Es más, sería razonable y deseable que los propios militantes del PP --¡que en su inmensa mayoría son ajenos a este dislate!-- reclamaran la expulsión del partido de todos los implicados y de todos los que mantuvieron relaciones con ellos.

3 comentarios:

  1. Has tenido muy buena idea, qué quieres que te diga, al trazar este paseo para no perderse en el basurero popular. ¡Joder que no tiene trabajo el barrendero! Unha aperta.

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  2. ¡Mira que eres malo! ¡Pero hombre, alma de Dios, ¿no ves que son buenas personas que se esforzaban por crear riqueza, y puestos de trabajo, y...?! ¿Y así se lo pagas? Es que eres un ingrato. Y encima van los hijuelagrandísima de los periodistas y se lo publican, ignorando que los trapos sucios se lavan en casa... Pobres chicos, unos incomprendidos.

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  3. Si el PP es un partido serio debería expulsar de inmediato a todo el que se haya aprovechado de un cargo público; porque para poder presumir de transparencia y limpieza democrática hay que demostrarlo con el ejemplo, y aquí tiene una buena oportunidad para ello: caiga quien caiga. Quizás así se esclarezcan posiciones y personas dentro del partido.

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