El futbolista del Real Madrid Képler Laveran Lima Ferreira, más conocido como Pepe, ha protagonizado una doble agresión (a Casquero) en el campo de juego que trasciende lo deportivo.
¿Nervios?, ¿enajenación transitoria?, ¿rabia descontrolada?, ¿acto de chulería?...
¿Nervios?, ¿enajenación transitoria?, ¿rabia descontrolada?, ¿acto de chulería?...
Pero Pepe no tenía bastante. Instantes después, agredió a otro jugador (Albín), al que propinó un puñetazo.
Y más. De postre, pese a que había sido expulsado, Pepe regresó al verde e insultó a los árbitros.
Y más. De postre, pese a que había sido expulsado, Pepe regresó al verde e insultó a los árbitros.
Y todavía más. En la sala de prensa del Santiago Bernabeu, el entrenador del Real Madrid, Juande Ramos, fue emplazado a pronunciarse: «¿Y Pepe?», le preguntó un periodista, a lo que el técnico respondió:
«Está arrepentido y pensando en lo que acabábamos de perder. Eso tiraba al traste todas nuestras oportunidades. No ha podido controlar los nervios. Las patadas que ha tirado eran al aire...»
¿Al aire?, ¿Juande Ramos padece cataratas?
«Está arrepentido y pensando en lo que acabábamos de perder. Eso tiraba al traste todas nuestras oportunidades. No ha podido controlar los nervios. Las patadas que ha tirado eran al aire...»
¿Al aire?, ¿Juande Ramos padece cataratas?
Un trabajador de empresa privada o pública que comete una barbaridad como la de Pepe es despedido ipso facto y la Justicia ratifica la medida. Pero en la Liga de las Estrellas la violencia es disculpable.
Cabe dar por hecho que Pepe será sancionado con dureza, aunque casi con toda probabilidad se librará de ser acusado por agresión --delito penal.
Nadie ignora que los clubes y los protagonistas de la Liga de Fútbol Profesional gozan de una singular inmunidad social e institucional, incluida Hacienda.
Pero además de las agresiones, las autoridades deportivas también deberían castigar la mentira, la contemporización ante la violencia y las cegueras interesadas. Flaco favor se hace con comportamientos como el de Pepe y con "cegueras" como la de su entrenador.
Nadie ignora que los clubes y los protagonistas de la Liga de Fútbol Profesional gozan de una singular inmunidad social e institucional, incluida Hacienda.
Pero además de las agresiones, las autoridades deportivas también deberían castigar la mentira, la contemporización ante la violencia y las cegueras interesadas. Flaco favor se hace con comportamientos como el de Pepe y con "cegueras" como la de su entrenador.
La lista de despropósitos del fútbol profesional es cada vez más larga, en parte debido a la inhibición de la Administración.
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ACTUALIZACIÓN (sábado 25 de abril):
El Comité de Competición ha impuesto a Pepe una sanción de 10 partidos sin jugar, sin tener en cuenta que el profesional perpetró dos agresiones (no sólo una), que insultó a los árbitros y que entró en el terreno de juego a pesar de haber sido expulsado.
La del comité es una medida harto singular y revela que combatir la violencia es asunto secundario. Y para redondear la burla el presidente del Real Madrid califica la sanción de "salvajada".
¿Cuál será el siguiente paso?, ¿Pepe será la víctima?...
El Comité de Competición ha impuesto a Pepe una sanción de 10 partidos sin jugar, sin tener en cuenta que el profesional perpetró dos agresiones (no sólo una), que insultó a los árbitros y que entró en el terreno de juego a pesar de haber sido expulsado.
La del comité es una medida harto singular y revela que combatir la violencia es asunto secundario. Y para redondear la burla el presidente del Real Madrid califica la sanción de "salvajada".
¿Cuál será el siguiente paso?, ¿Pepe será la víctima?...
Nunca me ha gustado el fútbol, pero hoy voy a opinar. Creo que este individuo debería ser expulsado de la Liga española.
ResponderEliminarAdemás, yo creo que este tomó "algo". Nadie se vuelve loco (porque eso que hizo es volverse loco) por las buenas.
Opino o mesmo. Hai que castigar de xeito exemplar este tipo de agresións. Non vale o do arrepentimento.
ResponderEliminarO que dis de Hacienda a miña postura é que non se lle debía perdoar nada a ningún equipo, chámase como se chame. ¿Por qué? ¿A empresas deportivas privadas e/ou multimillonarias??? En tal caso a unha persoa que teña dificultades económicas, pero non a empresas que gastan e viven, en moitos casos, por riba das súas posibilidades. Solución: ou pagas ou desapareces. E deixémonos de gaitas. Dá igual que se chame Madrid, Barcelona....
Un saúdo, compañeiro
Carpe Diem
¿Nos echamos las manos a la cabeza? Lo que sorprende, en realidad, es que este tipo de cosas no sucedan más a menudo cuando se convierte en falsos ídolos o dioses a muchos jóvenes social y emocionalmente en agraz. En el circo a veces había sangre
ResponderEliminarEs extraño lo de Pepe, muy extraño, ya que creía que era un jugador "limpio", de los que no cometen muchas faltas y de pronto se transforma en un energúmeno en un partido donde no había razones para ello ¿Expulsarlo de la Liga? Yo he visto a jugadores liarse a puñetazos en la cancha (recordar a Zidane, por ejemplo) y no resultaron expulsados, expulsar a Pepe sentaría un precedente peligroso para los clubes de fútbol que pueden ver como su última millonaria inversión queda fuera de la liga por ser más animal que el resto...
ResponderEliminarRespecto a Hacienda, siempre he creído que los más pudientes están más obligados que los menos pudientes y jamás debería condonarse una deuda a Hacienda de un club de fútbol ni de ninguna otra empresa privada pero, como sabemos, es más fácil que un político almuerze o cene con el presidente de un club de fútbol que con alguno de nosotros... tenemos que esta bien con nuestros amigos y hacer que siga funcionando la vieja fórmula del pan y circo.
Un abrazo.
En http://www.cuatro.com/deportes/ el primer video que aparece explica genial todo lo ocurrido. Sobre el minuto 1:30 empieza la explicación. Buena entrada
ResponderEliminarPues yo también lo voy a comentar. Puede resultar raro que me guste el fútbol pero así es, he jugado al futbito y me gusta ver buenos partidos (como los últimos del Barcelona). Suscribo el comentario al completo de Juan Carlos López. Y añado: no nos podemos fijar solo en la actuación de Pepe ante el Getafe, deberíamos fijarnos también en el mundo ultra que mueve el fútbol, en las declaraciones y gestos mediáticos de las estrellas (Raúl, Sergio Ramos...), en los cuerpos tatuados cual feroces guerreros griegos, en los cochazos a las puertas de los entrenamientos, en la sacralización del juego y de sus dioses, en le dinero blanco y negro que mueve el deporte rey, en la incultura de estos ídolos, en la incultura de sus dirigentes, en los palcos VIPs de cada partido en Canal +. En definitiva, el mundo del fútbol me huele a cloaca y esto de Pepe es una pequeña "poza" de patio andaluz.
ResponderEliminarVi el partido por complicidad con mi padre que para más Inri es del barsa.
ResponderEliminarMe impactó lo sucedido, esto es ya todo menos deporte.
Un saludo