La flamante titular del Ministerio de Cultura, Ángeles González-Sinde, se ha retratado... ¡gracias!
En entrevista emitida por la cadena Punto Radio, la ministra ha afirmado que la cultura «no debe de ser vista como un patito feo en tiempos de crisis [¿?], sino como una oportunidad de negocio». Y a renglón seguido, quizá para endulzar esa insensatez que sólo ella sabe qué narices quiere decir, ha añadido que la cultura «es el escaparate del país en el exterior, el banderín de enganche que puede tirar luego de otros productos y el estándar que pervive más en el tiempo».
Resumiendo, según la ministra el valor fundamental de la cultura no es social, sino económico.
Así las cosas, ¿cuál es la esencial utilidad de la cultura?, ¿cómo mensurar su progreso o su declive? Muy sencillo: ¡Al peso!, como el jamón de Guijuelo y las berzas...
O acaso será por sus atractivos turísticos, como el sol de Benidorm; o por el valor comercial y mediático de sus productos, como las camisetas de Beckham y las corridas de toros.
O acaso será por sus atractivos turísticos, como el sol de Benidorm; o por el valor comercial y mediático de sus productos, como las camisetas de Beckham y las corridas de toros.
González-Sinde también ha comentado que el presidente del Gobierno pensó en ella «como una persona que vive de la cultura y que es muy experimentada en la necesidades del sector».
¿A qué sector se refiere?, ¿al lácteo o al de la automoción?, ¿al metal o al de la madera?
Y en un golpe de inteligencia que también merece ser agradecido, González-Sinde ha intuido estas y otras preguntas y, ¡zas!, ha subrayado que las prioridades de su ministerio serán difundir la cultura española en el extranjero y aplicar la Ley del Cine, ¡su sector!, para conseguir que las películas españolas (y las suyas) se vendan más y mejor.
¿A qué sector se refiere?, ¿al lácteo o al de la automoción?, ¿al metal o al de la madera?
Y en un golpe de inteligencia que también merece ser agradecido, González-Sinde ha intuido estas y otras preguntas y, ¡zas!, ha subrayado que las prioridades de su ministerio serán difundir la cultura española en el extranjero y aplicar la Ley del Cine, ¡su sector!, para conseguir que las películas españolas (y las suyas) se vendan más y mejor.
Nada por aquí, nada por allí... ¡Sorpresa!
En otro momento de tan interesante conversación radiofónica y hablando del nombramiento de Ignasi Guardáns (CiU) como director general del Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, la ministra ha precisado que «no soy una mujer política»… ¡Acabáramos!
[NOTA: Para los que no han vivido el franquismo español es obligado recordar que ser apolítico es una forma de hacer política o "bendecir" a los que la hacen, y pasar del resto de mortales]
El apoliticismo es primo hermano del nihilismo, del autoritarismo tecnocrático y del elitismo salvador.
¿De qué pie cojea la ministra?, ¿del izquierdo o del derecho?
¿De qué pie cojea la ministra?, ¿del izquierdo o del derecho?
¡Peor! Cojea de los dos pies y hace aspavientos con la lengua.
¿Nos tomará por tontos? Es probable. Echaremos en falta al buen gestor que es Molina. Tiempo al tiempo.
¿Nos tomará por tontos? Es probable. Echaremos en falta al buen gestor que es Molina. Tiempo al tiempo.
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