La estrella política del Día del Libro ha sido Aguilar debido al hace tiempo esperado anuncio de que abandona Izquierda Unida (IU) y acepta un cargo en el Gobierno del PSOE.
La decisisón es respetable en lo personal y aunque el viaje hacia el centro de la política profesional andaluza era previsible desde hace tiempo, es relevante porque ilustra que en la civilizadísima izquierda caviar europea cada vez son más los perdidos, los despistados y, sobre todo, los apoltronados.
Rosa Aguilar se ha rendido. Punto. Sólo ella sabe las causas exactas de su decisión y si son exclusivamente personales, como ella dice.
La decisisón es respetable en lo personal y aunque el viaje hacia el centro de la política profesional andaluza era previsible desde hace tiempo, es relevante porque ilustra que en la civilizadísima izquierda caviar europea cada vez son más los perdidos, los despistados y, sobre todo, los apoltronados.
Rosa Aguilar se ha rendido. Punto. Sólo ella sabe las causas exactas de su decisión y si son exclusivamente personales, como ella dice.
¿Será simplemente por hartazgo?, ¿acaso por conservadurismo cincuentón?, ¿tanto han pesado los desencuentros personales intrapartidarios?, ¿todo se debe a legítimas ambiciones personales?...
En todo caso, que la decisión sea por motivos exclusivamente personales suena raro, muy raro...
Lo cierto es que ese tipo de decisiones no son flor de un día y que las discrepancias entre Aguilar y sus compañeros de Izquierda Unida eran evidentes desde que se declaró partidaria de la monarquía, parlamentaria por supuesto; o desde que denostó la actitud crítica de IU frente a la timidez social de la Unión Europea, por poner solo dos ejemplos --hay más.
Sea como fuere, a bote pronto cabe destacar dos aspectos:
Primero, la actitud victimista de Aguilar ante las criticas de sus ya ex compañeros, hubiera sido más elegante que callara o replicara con argumentos políticos, evitando recurrir al yoísmo y,
Segundo, la opinión de Julio Anguita: «La decisión la sitúa donde estaba instalada».
En todo caso, que la decisión sea por motivos exclusivamente personales suena raro, muy raro...
Lo cierto es que ese tipo de decisiones no son flor de un día y que las discrepancias entre Aguilar y sus compañeros de Izquierda Unida eran evidentes desde que se declaró partidaria de la monarquía, parlamentaria por supuesto; o desde que denostó la actitud crítica de IU frente a la timidez social de la Unión Europea, por poner solo dos ejemplos --hay más.
Sea como fuere, a bote pronto cabe destacar dos aspectos:
Primero, la actitud victimista de Aguilar ante las criticas de sus ya ex compañeros, hubiera sido más elegante que callara o replicara con argumentos políticos, evitando recurrir al yoísmo y,
Segundo, la opinión de Julio Anguita: «La decisión la sitúa donde estaba instalada».
Lo poco que se sabe de ella, es que en Córdoba ha dejado huella, y en un político si es para bien como es su caso, es NOTICIA.
ResponderEliminarPienso que es una buena política.
No me sorprendió ni un segundo.
ResponderEliminarLo que sí me abrumó fue el tratamiento informativo.
Los tertulianos de la SER parecen un escaparates para ocupar puestos.
EL víctimismo del que hablas y que yo también he notado esconde sentimientos incómodos.
K,
M
Seguramente reconocerán esta forma de pensamiento. Imaginen que han sufrido un desencuentro importante con alguien por quien sentían una gran amistad. Probablemente comiencen a sufrir entonces lo que los psicólogos llaman un pensarán que ningún mérito digno de nuestra amistad había en esa persona y aportarán los peores juicios sobre su comportamiento futuro.
ResponderEliminarEl realineamiento de creencias es fundamental en el mantenimiento del monolitismo de las organizaciones políticas o religiosas. El descrédito y el ostracismo al que se somete al "desviado" se convierte en una forma muy efectiva de control interna. Rosa Aguilar, lo verán, se convertirá no solamente en una traidora sino también en una pésima gestora de su cargo.
Álvaro.
Lo podemos disfrazar como queramos, pero eso siempre se ha llamado "venderse por un plato de lentejas".
ResponderEliminar¿Dónde deja la ideología comunista la sra. Rosa Aguilar?
En el cubo de la basura, naturalmente...
Lo debería haber reconocido hace unos meses, incluso cuando se presentó la última vez a la alcaldía, no crees?
ResponderEliminarUn abrazo
graciar por el enlace a mi blog. Un saludo.
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