Dos de los defectos más habituales entre los dirigentes políticos españoles son: primero, hablar demasiado y segundo, hablar sin antes haber pensado lo que van a decir.
Aunque no es uno de los que más incurre en esos defectos, José Bono acaba de proporcionar un ejemplo paradigmático al respecto. El hasta ahora presidente del Congreso ha comentado que conviene replantear el subsidio «hay parados que no se encuentran incentivados para encontrar trabajo».
No es la primera vez que un político alude a ese fenómeno, que es real --sería absurdo negarlo.
No es la primera vez que un político alude a ese fenómeno, que es real --sería absurdo negarlo.
Pero a poco que esos políticos y las decenas de miles de ciudadanos que opinan lo mismo pensaran con cierto rigor, comprobarían fácilmente que ese argumento es falaz. Veamos:
El subsidio de desempleo puede superar ligeramente los 1.2000 euros mensuales, pero las cuantías mensuales más habituales son de 600, 700 o a lo sumo 800 euros.
De modo que un parado con uno o dos hijos a su cargo que cobra durante medio año 800 euros mensuales, por ejemplo, aunque en los semestres posteriores esa cuantía sea más reducida... ¿renunciará a esos ingresos para aceptar un trabajo por el que cobrará prácticamente lo mismo o incluso menos?
Lo lógico y humano es que prefiera seguir cobrando el subsidio durante el mayor espacio de tiempo posible, porque el acceso a un puesto de trabajo mal pagado siempre es posible...
Lo lógico y humano es que prefiera seguir cobrando el subsidio durante el mayor espacio de tiempo posible, porque el acceso a un puesto de trabajo mal pagado siempre es posible...
Más claro: Bono y quienes como él argumentan que hay numerosos desempleados subsidiados que se niegan a trabajar prescinden de un factor fundamental: el salario medio que perciben los trabajadores no especializados e incluso muchos de los que tienen oficio y experiencia es, ¿para qué engañarnos?, cuantitativamente una mierda --con perdón por esta expresión, pero es la más adecuada.
Antes de hacer afirmaciones o lanzar ideas aparentemente racionales conviene pensar y hacerlo sin miedo. No obstante, conviene subrayar que entre quienes hacen argumentaciones como la de Bono también abundan los listos cuyo objetivo es tener mano de obra a precios tercermundistas. Confío en que Bono no sea uno de ellos...
La raíz de la vagancia a la que alude Bono está en otros ámbitos, no entre los trabajadores.
CON ANTERIORIDAD:
"Si el despido ya es libre, ¿qué canastos quiere la CEOE?",
"La trampa perfecta: Debatir sobre la ¿necesaria? reforma laboral",
"La mayoría de los trabajadores desean una reforma económico-laboral",
"Unos 60 millones de horas extras pese a los 4 millones de parados".
CON ANTERIORIDAD:
"Si el despido ya es libre, ¿qué canastos quiere la CEOE?",
"La trampa perfecta: Debatir sobre la ¿necesaria? reforma laboral",
"La mayoría de los trabajadores desean una reforma económico-laboral",
"Unos 60 millones de horas extras pese a los 4 millones de parados".
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