Una mujer residente en Vigo ha dado a luz un bebé sin saber que estaba embarazada hasta un par de horas antes de parir. Tras varios meses de diagnósticos médicos y tratamientos farmacológicos tan errados como ineficaces, y pese a que fue atendida por varios facultativos y sometida a varios exámenes --analíticas incluidas--, ninguno de los profesionales de la Medicina que la atendieron fue capaz de diferenciar un embarazo de una menopausia o de una lesión muscular.
¡Esta y no otra es la noticia con sustancia!
La víctima de semejante cadena de chapuzas --que tiene 39 años de edad-- jamás sospechó, lógicamente, que todos los profesionales estaban equivocados, por lo que achacó la ausencia de menstruación al inicio de la menopausia diagnosticada por los doctores.
¡Esta y no otra es la noticia con sustancia!
La víctima de semejante cadena de chapuzas --que tiene 39 años de edad-- jamás sospechó, lógicamente, que todos los profesionales estaban equivocados, por lo que achacó la ausencia de menstruación al inicio de la menopausia diagnosticada por los doctores.
El episodio es noticiable, indudablemente; pero para la práctica totalidad de los medios lo destacable es que la mujer pariera sin ser consciente de que estaba engendrando una vida; pero, ¿la incompetencia de los médicos y médicas no merece ser destacada?...
¿Qué es más destacable, que una embarazada dé a luz --sea o no consciente de que está preñada-- o que media docena de profesionales de la sanidad haya confundido un embarazo con una menopausia o una lesión muscular?
¿Qué es más destacable, que una embarazada dé a luz --sea o no consciente de que está preñada-- o que media docena de profesionales de la sanidad haya confundido un embarazo con una menopausia o una lesión muscular?
En la misma línea, la única identidad que ha sido divulgada es la de la madre engañada, en tanto que nada se sabe de los profesionales de la Medicina que durante meses acreditaron fehacientemente su incompetencia, al menos en este caso.
Ni siquiera se han difundido las iniciales de sus nombres y apellidos.
Ni siquiera se han difundido las iniciales de sus nombres y apellidos.
Curioso criterio informativo y curioso derecho a la presunción de inocencia --sea por causa penal, civil o simplemente administrativa--, pues a la postre se revela la identidad de la víctima de la chapuza o del delito y se silencia las de los responsables del ridículo.
Algo similar ocurre cuando una mujer sufre una agresión machista, la identidad de ella acaba casi siempre aflorando, en tanto que la del agresor --aunque confiese ser autor de la acción-- es silenciada... ¡a la espera de juicio! ¿Y ella?
Algo similar ocurre cuando una mujer sufre una agresión machista, la identidad de ella acaba casi siempre aflorando, en tanto que la del agresor --aunque confiese ser autor de la acción-- es silenciada... ¡a la espera de juicio! ¿Y ella?
Que nadie espere tampoco, ¡faltaría más!, que el Colegio de Médicos, el Servicio Galego de Saúde o la Fiscalía abran una investigación sobre el caso...
La sociedad --con la Administración y los medios de información a la cabeza-- es capaz de echarse todo a la espalda y digerir lo que sea. Es más, llegado el caso, hay quienes incluso concluirán que la víctima es culpable.
tío, ¿sabes que pensé exactamente lo mismo? vi el titular, pinché, y cuando empecé a leer la noticia pensé eso: joder, pobre tía, cómo iba a pensar que estaba embarazada. pero claro, es mejor destacar lo otro... en fin, país de pandereta....
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con vosotros en lo de que aquí se ha dado una mayúscula incompetencia médica y que habría que sancionar a los profesionales que no supieron reconocer un embarazo (realmente increíble), pero yo tampoco puedo comprender cómo una mujer no se da cuenta de que está embarazada. Sinceramente, no me cabe en la cabeza...
ResponderEliminarNo entiendo que las noticias no den las claves del interés ciudadano.
ResponderEliminarA Martín Bolivar: ya somos dos.
ResponderEliminar