En 1998, un alto cargo de Cajacanarias compró 298.000 metros cuadrados de terreno en las proximidades de Santa Cruz de Tenerife pagando 33,1 millones de euros que le había prestado la entidad para la que trabaja, Cajacanarias.
A renglón seguido, el ayuntamiento de la capital tinerfeña compró un tercio de ese terreno por 52,7 millones; es decir, sin haber invertido personalmente ni un euro y sin dar palo al agua el primer comprador del terreno ya obtuvo 19,6 millones de euros de beneficio bruto; es más, incluso conservó a su nombre dos tercios de la superficie que había comprado a crédito, pudiendo así aumentar el rendimiento del pelotazo.
La cosa no se quedó ahí...
A renglón seguido, el ayuntamiento de la capital tinerfeña compró un tercio de ese terreno por 52,7 millones; es decir, sin haber invertido personalmente ni un euro y sin dar palo al agua el primer comprador del terreno ya obtuvo 19,6 millones de euros de beneficio bruto; es más, incluso conservó a su nombre dos tercios de la superficie que había comprado a crédito, pudiendo así aumentar el rendimiento del pelotazo.
La cosa no se quedó ahí...
Playa de Las Teresitas, en las inmediaciones de Santa Cruz |
Todo esto ha sido posible gracias a la connivencia o a la flagrante impericia, ingenuidad y/o desidia de la agrupación local de Coalición Canaria de Santa Cruz de Tenerife, que gobernaba el municipio, aparte de haber sido fundamental la generosidad e inestimable ayuda de Cajacanarias, entidad de derecho público codirigida por varias entidades e instituciones entre las que figura el propio consistorio de Santa Cruz.
Aplicando criterios políticos antidelincuencia que se aplican en otros territorios de España (pocos) y de la Unión Europea --medidas estas que se adoptan incluso antes de que haya sentencias judiciales--, ¿instarán los partidos democráticos y la fiscalía la ilegalización o suspensión de actividades de Coalición Canaria de Santa Cruz de Tenerife?, no en vano está fuera de toda duda que esa organización --la entidad, no sus afiliados-- es el aparato o instrumento que ha hecho posible el pelotazo: corrupción.
Lo ocurrido en la Playa de las Teresitas, que es el escenario de esta película propia de una novela policíaca, destruye la credibilidad de las instituciones del sistema democrático porque los autores directos e indirectos del pelotazo actúan desde dentro de las instituciones públicas, utilizándolas para lucrarse personalmente.
Lo dicho, ¿a qué esperan la sociedad civil, los partidos y la fiscalía?
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Haberá que rirse mellor pra non chorar...
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