«Una sociedad sin papeles» que pierde los papeles

Estaba tentado de escribir sobre la enésima polémica que varios partidos políticos protagonizan a propósito de la inmigración. Se trata de un asunto complejo en el que, sin embargo, algunos opinan con una alegría que asusta. Estos días he leído veintitantos textos de opinión al respecto y, la verdad, la mayoría de ellos nada nuevo aportan y la mayoría son simples enroques en posiciones previas.

Significativamente, el de la inmigración es un debate guadiana que apenas aporta ideas o visiones novedosas a pesar de que el movimiento de la población está también relacionado con la creciente globalización; la cual, por cierto, es básicamente comercial y financiera, ¡no humana!

Detalle este que Juan José Téllez sintetiza con acierto al constatar que «suele ser habitual que aceptemos dinero foráneo, mercancías, grandes superficies o productos deslocalizados, vengan de donde vengan, sin hacerles ascos siempre y cuando satisfagan nuestras necesidades»... pero los humanos que llegan del extranjero son otra cosa.

«Miles de años de historia y seguimos siendo una tribu. El pensamiento único predica la buena nueva de la globalización pero seguimos apegados a la intimidad de la caverna, al terruño como patria y al clan como último refugio. Al menos en lo que se refiere al trato con los seres humanos (...) El diferencial que encierran las palabras nacional o extranjero parece reducirse al ámbito de las relaciones personales y nos enorgullecemos, en cambio, de que caigan las fronteras comerciales aun a riesgo de consumir activos financieros contaminados».

Lo dicho, tentado estaba de escribir sobre inmigración, pero Téllez expresa lo esencial de cuanto quisiera decir; así que aplicaré uno de los principios de la Blogosfera, el de compartir: Pulse aquí y lea «Un sociedad sin papeles», en Nueva Tribuna.

DE INTERÉS: enlace a la ePágina de Juan José Téllez.

CON ANTERIORIDAD, en ImP:
"Emigración-inmigración: ¿A quiénes beneficia?".