El PP considera que las urnas votan a favor del "español" en la pugna con el gallego... ¿?

Núñez Feijoo esgrime su triunfo electoral para romper

el consenso lingüístico alcanzado en la era Fraga

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Tras el éxito de las movilizaciones en pro de que el idioma gallego siga estando promocionado en el sistema público de enseñanza, el PP argumenta que el elevado número de entidades y ciudadanos participantes en las acciones "pro lingua" es un dato irrelevante porque los electores gallegos dieron el triunfo al (nacionalismo) español en los últimos comicios autonómicos, pues en aplicación de la ley D'Hont el PP obtuvo la mitad más uno de los escaños de la Cámara.
Según el PP-Feijóo sus votantes le autorizan a romper el pacto lingüístico alcanzado cuando en el Parlamento Galego tenía mayoría el PP-Fraga. 

[Haber obtenido la mitad más uno de los diputados no supone haber obtenido más del 50 % de los votos emitidos, ni mucho menos equivale a más del 50 % de la población que tiene 14 o más años de edad, pues el asunto afecta de forma directa y personal a los adolescentes y jóvenes en general]

Ese triunfo electoral, según el líder del PP-Noroeste, Alberto Núñez Feijoo, demostraría que la sociedad gallega avala sus criterios lingüísticos y en materia de enseñanza. La lógica del líder derechista es la propia de un ignorante o, a lo peor, de un trilero de la política y del conocimiento (entendido este como parte del saber humano).

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La tesis del PP abre la puerta

a mil y un dislates

La tesis del PP-Noroeste cae por su propio peso si se tiene en cuenta que fue el partido más votado, cierto, pero no obtuvo el apoyo de la mayoría del electorado, ¡ni mucho menos!, salvo que prescindamos de quienes se abstuvieron (¡más del 30 % del censo!) y de quienes votaron en blanco. Núñez Feijoo puede esgrimir que el PP cuenta con el apoyo de la mayoría de la Cámara, pero falta a la verdad al aseverar que el PP es el único intérprete de lo que desean los gallegos.
La tesis tiene guasa, pues si las urnas van a decidir esa cuestión, ¿por qué no sometemos a la voluntad popular otros asuntos?; por ejemplo, horarios de clase y de recreo, tipo de asientos y mesas; o peor: ¿qué enseñar, darwinismo o creacionismo; historia de Galicia, de España o de Europa...? Y más, ¿usted quiere que su hijo haga gimnasia en el colegio, o no?, ¿que le enseñen catolicismo, judaísmo o islamismo?, etc. etc. etc.

En este asunto lingüístico (por tanto, científico y a la vez cultural), lo más significativo es que la inmensa mayoría de entidades culturales y civiles activas de Galicia rechazan el criterio españolista del PP-Noroeste.

Es más, los conservadores argumentan que en las últimas elecciones autonómicas el factor del idioma les ha reportado miles y miles de votos. En este punto los analistas del PP --si los tiene--, son pésimos, superficiales y desbarran. En los comicios de la primavera del año pasado el PP sólo obtuvo tres mil y pico de votos más que en la convocatoria de 2005. 

Más claro: El triunfo electoral del PP-Noroeste se cimentó en que los partidos integrantes del Ejecutivo saliente (PSdG-PSOE y BNG) perdieron en su conjunto más de 100.000 votos.

Si como alega Núñez Feijoo, el asunto lingüístico fuera uno de los factores que le dieron la victoria en 2009, pese a que aumentó de forma casi imperceptible los votos obtenidos cuatro años antes, cabe concluir que el ¿problema? lingüístico que ellos crearon apenas les permitió rebañar 500, 600 o 1.500 papeletas. ¡Pobre e irrelevante botín!; más claro:  argumento falaz.

Todo esto sin olvidar que, en paralelo, un notable porcentaje de quienes habían votado al BNG en el 2005 dieron la espalda a los nacionalistas el año pasado a causa de su timidez política --o prudencia-- a la hora de defender  el idioma del país.

Hay más datos a propósito de las falacias interpretativas del PP-Noroeste, pero son tantas las cifras y los hechos al respecto que es imposible resumirlos en un post.
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La derecha y sus 

verdades verdaderas...

Es evidente que el PP-Noroeste no es el único intérprete de lo que desea la sociedad gallega, ni con respecto a la política lingüística ni con respecto a nada.

Indudablemente, el PP gobierna en la Xunta legítima y legalmente. No pretendo cuestionar esto, pues así funciona el Estado de Derecho en un régimen de democracia parlamentaria.

Pero con igual contundencia es obligado subrayar que ningún partido que obtenga el respaldo de menos del 50 % de los electores censados puede afirmar que cuenta con el apoyo inequívocamente mayoritario de la sociedad para hacer y deshacer lo que se le ocurra o lo que le interese. 

El partido de la derecha sigue empeñado --o interesado-- en confundir verdad con apariencia.
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El PP utiliza la sociedad a modo de burladero

Por si fuera poco, la sociedad --entendida como masa-- sólo tiene un elevado grado de inteligencia y de rigor científico cuando al PP le interesa. 

Un día de estos a Núñez Feijoo, Esperanza Aguirre o Francisco Camps se le ocurre organizar una consulta popular para preguntar a los administrados si quieren pagar impuestos o si confían en la pericia científica de su médico de cabecera, con el elevado riesgo subsiguiente de que por decisión de la mayoría, sea relativa o absoluta, el gobierno de turno desmantele la hacienda pública y arbitre un sistema para que todos y cada uno de los afiliados a la seguridad social adquieran el derecho a seleccionar el facultativo que más les satisfaga... Aplicando así criterios aberrantes y acientíficos, pero ¿democráticos?

Salvo que reflexionen sin miedos absurdos y rectifiquen sus intenciones radicalmente nacionalistas (por españolistas), la aprobación del decreto demostrará que en el PP-Noroeste necesitan reciclar conocimientos de democracia, sociología, lingüística... (amén de algunos aspectos básicos de antropología social).