15 marzo 2012

La crisis y el cinismo de los "arrepentidos": Míster White, usted y yo

Un ex miembro de la elite bancaria de Occidente, el canadiense William White [actualmente, presidente del Comité de Economía y Desarrollo de la OCDE y que durante trece años fue el economista jefe del Banco Internacional de Pagos, algo así como el banco central de los bancos centrales...], ha declarado que «una de las cosas que más me sorprende de esta crisis es el escaso número de directivos de banca que ha acabado en la cárcel...
«En los noventa, con la crisis de las Saving & Loans [las cajas de ahorros estadounidenses], miles de personas fueron encarceladas (...) Si alguien está al mando de una entidad que ha fracasado en todos los sentidos prácticos, la idea de que se marche con grandes cantidades de dinero es inapropiada...»
Lo cierto es que no ha dicho nada que ignorara el ciudadano informado. Es más, el único atractivo de sus palabras es que salen de la boca de un ex miembro de la cúpula bancaria.
Si el ciudadano común [por ejemplo, usted y yo] fuera objetivo y dejara de buscar consuelo donde no debe, percibiría que las declaraciones de Míster White constituyen una burla. Otra más.
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William White
Ya no respetan las reglas...
Todos los directivos y ex directivos de la élite financiera --White también-- saben perfectamente que el negocio bancario dejó de respetar las reglas del propio capitalismo hace ya decenios; pero esa evidencia sólo la admiten públicamente cuando ya están prejubilados, semijubilados o jubilados. Y sólo algunos.
El desmadre de la banca es viejo y conocido, pues empezó en 1929, cuando a raíz del histórico crac de Wall Street las autoridades estadounidenses inventaron la herramienta del futuro, que fue perfeccionada y convenientemente adornada en los años noventa: la desregulación, artimaña a la que políticos y banqueros rebautizaron Liberalización --sustantivo que incluso queda bonito.
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Enriquecerse sin escrúpulos y luego pedir perdón... 
Declaraciones como las del viejo zorro White forman parte del teatro. El suyo y arrebatos de sinceridad similares sirven para que la esperanza respire, pues numerosos ciudadanos relajan su inteligencia cuando alguien que fue poderoso dice públicamente que una minoría abusa amparada por la ley en perjuicio de la mayoría... ¿Y esta es la gran revelación de White?
Si el ciudadano común [por ejemplo, usted y yo] fuera objetivo y dejara de buscar consuelo donde no debe, advertiría que William White es un cínico. Otro más.
Para redondear, hay creadores de opinión que presentan a White como el mensajero de una buena nueva subliminal: Los codiciosos están a punto de arrepentirse y algún día rectificarán... quien no se consuela es porque no quiere.
Ante semejante falacia, no se altere, sonría, disimule y piense. Pero si va más allá sepa que corre el riesgo de que le acusen de radical, le lancen pelotas de goma o algo peor y, para redondear, le tildarán de ignorante y le instarán a prescindir de ingenuidades y de convocatorias de huelga general...
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Le dan la vuelta a todo...
White, usted y yo sabemos que en la cúpula de las finanzas y en cada vez más gobiernos son mayoría quienes sólo rectifican cuando no les queda otro remedio. Es más, antes de corregir ensayan todo tipo de soluciones ventajosas... Para ellos, se sobrentiende.
¿Cuáles?...
¡Vaya pregunta!, ¿por qué cree usted que tener memoria es un acto casi anticonstitucional?
Resumiendo, si Míster White estuviera realmente arrepentido aportaría datos nuevos; por ejemplo, nombres y apellidos. Pero ya ve usted, se limita a decir lo que ya sabemos.
Por cierto, ¿usted es de los que se tranquiliza cuando un ex alcahuete certifica la impunidad con la que se enriquecen los señores de la codicia?, ¿o es de los que está harto de tanto cinismo?
Si es de los segundos, el próximo día 29 nos veremos en la calle, en la huelga general.
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INFORMACIÓN relacionada:
Un alto directivo de Goldman Sachs abandona el banco diciendo que tratan a los clientes como marionetas... otro que después de enriquecerse descubre la sopa de ajo.

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