La difusión de las imágenes captadas en el interior de la finca que el magnate italiano Silvio Berlusconi posee en Cerdeña han traído y traerán cola, amén de las decenas de miles de visitas a la web del periódico El país.
El debate está abierto: ¿Es correcto o ético difundir imágenes robadas del interior de una finca privada y difundirlas aludiendo a las responsabilidades institucionales del propietario de la villa y de algunos de sus invitados?
Transcurridos ya varios días desde que el asunto se convirtió en motivo de polémica, mo me parece correcto opinar al respecto arrogándome originalidad alguna; así que me limitaré a poner el asunto encima de la mesa, para lo que copio y pego el texto de la reflexión que a mi juicio mejor describe la sustancia del asunto desde un punto de vista periodístico:
El debate está abierto: ¿Es correcto o ético difundir imágenes robadas del interior de una finca privada y difundirlas aludiendo a las responsabilidades institucionales del propietario de la villa y de algunos de sus invitados?
Transcurridos ya varios días desde que el asunto se convirtió en motivo de polémica, mo me parece correcto opinar al respecto arrogándome originalidad alguna; así que me limitaré a poner el asunto encima de la mesa, para lo que copio y pego el texto de la reflexión que a mi juicio mejor describe la sustancia del asunto desde un punto de vista periodístico:
Herramienta legítima y útil, pero "peligrosa" |
A lo dicho por Iñaki Díez, periodista de TVE que suscribe el artículo de referencia, sólo añadiría un matiz:
Las asociaciones de la prensa representan a periodistas y a propietarios de medios.
En cierto modo --y subrayo estas tres palabras--, las asociaciones de la prensa constituyen un tipo de organización de composición (y procedencia) pareja a la del extinto sindicato vertical propio del franquismo y otros regímenes similares; resumiendo, el crédito de la FAPE como organismo representativo de los profesionales es relativo y su independencia en cuanto a criterios deontológicos, otro tanto.
En cierto modo --y subrayo estas tres palabras--, las asociaciones de la prensa constituyen un tipo de organización de composición (y procedencia) pareja a la del extinto sindicato vertical propio del franquismo y otros regímenes similares; resumiendo, el crédito de la FAPE como organismo representativo de los profesionales es relativo y su independencia en cuanto a criterios deontológicos, otro tanto.
En mi humilde por personal opinión, Díez acierta al sentirse avergonzado por la superficialidad, simplismo o acaso precipitación con el que la presidenta de la FAPE ha despachado tan complejo asunto.
Estoy completamente de acuerdo con Iñaki Díez, no sé cuando escribió esa opinión, no la lei. Yo opiné de forma parecida nada más salir las fotos. Y que conste que no es en defensa de Berlusconi. El País es una vergüenza.
ResponderEliminarYo también sentí que era vergonzoso el tratamiento dado por El País a este tema. Sin rigor profesional, es eso del todo vale mientras haya un record por medio a la manera sensacionalista de una exclusiva, me parece de cuarta.
ResponderEliminarPuse un post al respecto, y voy a enlazar esta entrada tuya porque completa y aporta mucho a lo que yo dije.
Veo que cada vez más, el salsa rosa plaga todo. Hay maneras serias de presentar una noticia, con el respeto que los lectores nos merecemos, pero deben pensar que somos todos unos ignorantes y no analizamos los derroteros por donde nos quieren colar las cosas.
Llevas toda la razón en tus planteamientos.
la verdad, no me considero capacitado para saber si es "ético" o no. ¿Aquellos personajes que utilizan su imagen privada para conseguir fama o dinero convierten su intimidad en un valor de mercado? ¿se puede hacer tal cosa, por mucho que se busque?
ResponderEliminarCreo que la intimidad no ha sido maltratada, si no simplemente expuesta, de la misma manera que hicieron sus protagonistas anteriormente. Lo sucedido es una consecuencia lógica que sólo un inconsciente no podría esperar. No digo que no sea ético, sólo que la responsabilidad ética no recae unicamente de un lado (lo que no exime al otro, por supuesto).
Por otro lado, las "exclusivas", desde Filesa a los sobresueldos de los políticos ingleses hasta estas fotos, todas han tenido intereses económicos por en medio. La prensa es, también, un negocio, como haces bien al recordar el caracter "vertical" de sus asociaciones.
Solo la resistencia de estúpidas consideraciones morales sobre la supuesta irresponsabilidad personal, social o política de personas con comportamientos sexuales no habituales "justifica" la publicación de las fotografías. Menos aún cuando se realizan en estricto ámbito privado.
ResponderEliminarSorprende la moralidad sobrevenida de un medio que asume la representación de una forma de pensar definida como liberal y progresista. Vaya vaya.
AAL
Un saludo.
Supongamos que el presidente italiano se entreviste, en su finca, con los más importantes miembros de la mafia y un periodista tome fotografías de esa reunión ¿Se estaría violando su derecho a la intimidad?
ResponderEliminarYo creo que no, y creo además que el presidente de un país no puede invocar su derecho a la intimidad cuando, por definición y empleo, es una figura pública.
Lo que yo creo que es vergonzoso es el hecho de que una persona que llega a la presidencia defendiendo ciertos principios no aplique esos principios en su "vida privada", creo que es vergonzoso que una persona que hizo pública su vida privada (para lo bueno) ahora se enfurezca porque muestran el lado malo de esa misma vida.
Debemos recordar que la mayoría de los delitos de corrupción no se realizan a la luz del día y en lugares públicos, sino entre luces y sombras y en lugares privados, y que muchos delitos fueron descubiertos por periodistas que no respetaron "la intimidad" del encausado.
Si se acepta que no es posible "violar el derecho a la intimidad" para obtener una exclusiva de este tipo, deberemos también aceptar que en el caso de que un periodista destape un hecho de corrupción violando ese derecho no pueda publicarlo.
Y yo prefiero que lo publique.
Un abrazo.
Reconozco que tengo prejuicios con respecto a este asunto por tratarse del personaje (público)que se retrata. Me debato entre la moralidad y la golfería: una me dice que no está bien y la otra, como le gritaban a Alfonso Guerra en Andalucía, "dales caña, Arfonzo, dales caña". Apertas
ResponderEliminarCreo que el término "estricto ámbito privado" no es aplicable a este caso cuando se utilizan medios públicos para llevarlas cabo o aparecen representantes de otras democracias involucrados. ¿Acaso fue moralmente reprobable la publicaciones de la juerguecita de Roldán en Interviú? ¿Acaso alguien se privó de ver las imágenes de Pedro J., la Hilton o de opinar sobre lo que hacía Clinton con su becaria?
ResponderEliminarPor cierto, que la moralidad debe ser siempre sobrevenida, reactiva.
Un saludo.
Hola Pablo:
ResponderEliminarDesde mi punto de vista, casos como este, siempre difusos, se prestan a los solapamientos argumentales. En la entrada de Sergio G. Rabadá me parece evidente el solapamiento. La analogía que realiza entre comportamiento mafioso y comportamientos sexuales inhabituales para justificar la publicación de las fotos, no me parece correcta.
Es evidente que "comprendéis" que un comportamiento sexual poco corriente de una alta autoridad del Estado posee interés público suficiente como para justificar la publicación de unas fotos que, además, han sido "robadas" del ámbito privado, a la cuál, mientras no se diga lo contrario, también tienen derecho los presidentes de Gobierno, República o lo que sea. No solo tienen derecho a la privacidad, sino que, lo que me parece más importante aún, tienen derecho al ejercicio de la sexualidad de la forma más o menos convencional que estimen oportuno.
En el fondo de este debate subyace, desde mi punto de vista, una cuestión clave: socialmente, por consideraciones morales o religiosas X, se considera que los comportamientos sexuales "desordenados" son incompatibles con la responsabilidad personal o política de los individuos. De esta forma, el carácter sexual de las fotos da un plus condenatorio que, para mí, no es justificable. Y si lo es, debería dejar de serlo.
Imaginen que en lugar de mujeres jóvenes en bikini o en pelotas aparecen en las fotos sabios periodistas, filósofos brillantes, artistas de moda o científicos de vanguardia reunidos en plácidas y eruditas charlas de atardecer, igualmente traídos y llevados en aviones del Estado a la paradisiaca villa del pequeño Duce ¿En qué grado piensan que se rebajaría el escándalo?. ¿En qué grado piensan que se considerarían las fotos de interés público?. ¿En qué grado estaríamos debatiendo sobre si se trata o no de una intromisión en la vida privada del presidente de Gobierno de una República?.
Cuestión distinta es el uso de fondos públicos para financiar la juerga. Tan grave como la financiación del ágora de filósofos.
Un saludo y disculpen la extensión del comentario.
AAL