Desde hace ya varios decenios, lo que ocurre en el mundo del fútbol profesional es mediática y popularmente más importante que las guerras y las hambrunas; más que los descubrimientos científicos y los avances tecnológicos, más imporante que casi todo...
Resumiendo, para la mayoría de los gobiernos y para millones de ciudadanos el fútbol profesional es más importante que lo más importante de cuanto afecta a la colectividad y a las personas.
Resumiendo, para la mayoría de los gobiernos y para millones de ciudadanos el fútbol profesional es más importante que lo más importante de cuanto afecta a la colectividad y a las personas.
Ante los errores de los jueces deportivos como los habidos ayer en los partidos Argentina-México y Alemania-Inglaterra --la lista de errores es irresumible--, la reacción de la FIFA ha sido prohibir en los estadios la retransmisión de los lances de juego a fin de evitar que el público sea consciente de que los jueces se equivocan --incluidos los errores que probablemente merecerían otra descripción y otros calificativos: incompetencia, desidia, favoritismo, corrupción...
Con esa decisión, la FIFA es radicalmente sincera consigo misma y con lo que representa.
El fútbol profesional es altamente representativo de un principio sacrosanto: el dinero es lo sustancial.
NOTA:
Pero al margen de lo que ha decidido la FIFA, en este asunto destaca el empeño de algunos --en especial los ¿periodistas? que animan el circo-- en organizar debates sobre la conveniencia o no de utilizar la tecnología para evitar errores de juicio. Quienes plantean esa polémica son los que mejor alimentan la tesis de que las decisiones del deporte profesional deben estar al margen de la equidad y de la justa competencia deportiva para así, entre otras cosas, mantener activo el morbo, el espectáculo y, en definitiva, el negocio.
Hay que agradecer a la FIFA la lección de ignominia que ha ofrecido, esa actitud refleja blanco sobre negro el funcionamiento del sistema, que incluso decide qué parte de la realidad tenemos derecho a ver...
Pero al margen de lo que ha decidido la FIFA, en este asunto destaca el empeño de algunos --en especial los ¿periodistas? que animan el circo-- en organizar debates sobre la conveniencia o no de utilizar la tecnología para evitar errores de juicio. Quienes plantean esa polémica son los que mejor alimentan la tesis de que las decisiones del deporte profesional deben estar al margen de la equidad y de la justa competencia deportiva para así, entre otras cosas, mantener activo el morbo, el espectáculo y, en definitiva, el negocio.
Hay que agradecer a la FIFA la lección de ignominia que ha ofrecido, esa actitud refleja blanco sobre negro el funcionamiento del sistema, que incluso decide qué parte de la realidad tenemos derecho a ver...
Pues ha resumido usred perfectamente los motivos por los que prácticamente he dejado de ver partidos de fútbol profesional.
ResponderEliminarA esto habría que añadir la falta absoluta de ética de los imbéciles que los comentan o retrasmiten, carentes del más mínimo sentido del decoro y la deportividad.
saludos
¿Pero es que no se han dado ustedes cuenta de que el gran negocio del fútbol también se alimenta de estas cosas? Tengo entendido que el "Marca" es el periódico que más ejemplares vende en España. Más que "El País", más que "La Vanguardia" ¿Qué sería de la prensa deportiva sin toda la polémica que generan las decisiones arbitrales? ¿Qué sería de lan encendidas críticas de los "días después", si el tantas veces dudoso fuera de juego no estuviese ahí para que los árbitros y jueces de línea puedan equivocarse?
ResponderEliminarEstamos hablando de la esencia misma del fúbol, señores. ¿Cómo vamos a pretender que la propia Fifa mate la gallina de los huevos de oro, introduciendo medios tecnológicos en el asunto, que puedan llevar la justicia hasta sus últimas consecuencias...? Seamos serios. Eso convertiría al fútbol profesional en un simple deporte. Y resulta que es mucho más que eso. Pasión, dinero, polémica, canalización de iras y entusiasmos en una dirección inofensiva...
¡No seamos ingenuos!
A ESCATO,
ResponderEliminar¿Cómo que no nos hemos dado cuenta?, ¿no ha leído el post ni el comentario de Txema?
¡Claro que nos hemos dado cuenta!
Saludos.