15 agosto 2010

¿Por qué el ministro de Fomento analiza sólo a medias la fiscalidad?

El ministro de Fomento, José Blanco, en una entrevista que ha difundido la agencia Europa Press y que hoy reproducen numerosos medios, dice que «los impuestos españoles son muy bajos». Y Blanco añade que el Gobierno debe (o debería) arbitrar medidas para equiparar la fiscalidad española con la de otros países europeos --se supone que en alusión a Alemania, Bélgica, Francia, Países Bajos y otros socios de la Unión Europea (UE) cuya capacidad de recaudación es más elevada y, por tanto, les permite ofrecer mejores servicios públicos.
Pero la argumentación del ministro carece de rigor; aunque en base al texto del despacho difundido por Europa Press es imposible precisar si la tesis de Blanco cojea por comodidad o por ignorancia...  
Veamos:
Con datos en la mano, es cierto que los impuestos vigentes en España (incluidas tasas y otros gravámenes) figuran entre los más bajos de la UE (es más, están a la altura de algunos países ex soviéticos, amén de Portugal y Grecia)...   
Pero, ¡los salarios también están entre los más bajos de la UE!    
De esa situación, que en gran medida es hija de un pasado determinado, se pueden extraer variadas enseñanzas y también se puede llegar a conclusiones; algunas de ellas contradictorias entre sí y otras tan absurdas o parciales como la tesis del ministro.    
Me limitaré a subrayar una conclusión irrefutable: los principales y casi únicos beneficiarios de la singular confluencia que se da en España (baja tributación + bajos salarios) son las clases o sectores sociales más pudientes; a la que pertencen una minoría de ciudadanos a los que cabe identificar con cuatro colectivos: los especuladores, los bancos, los rentistas y las grandes empresas (por este orden).    
Ignoro si Blanco ha abandonado su trabajo de análsis a medio camino por ignorancia o por comodidad, pero en todo caso decir las cosas a medias (o analizar la realidad de forma sesgada) bien puede servir para concluir que quien cae en ese error o recurre a ese ardid es un simplista, o bien dice lo que dice con una finalidad ajena al asunto del que habla...  
Él sabrá.

4 comentarios:

  1. Sólo me queda sumarme a su opinión.

    Soy partidario de pagar impuestos a cambio de tener buenos servicios e infrestrusturas. Pero, como dice, esa homologación debe ir acompañada de otras cosas: por ejemplo salarios y -muy importante- el desempleo que, en este país, dobla el de la UE.

    Claro, de eso, nada de nada. Pues entonces no vale, Pepiño, no vale.

    saludos

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  2. Yo también me sumo a la homologación (europea) si nos homologamos en todo lo que decís tú y Txema y en prestaciones sociales, tarifas de banda ancha, vivienda etc.

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  3. Lo censurable no es la subida de impuestos en aras a una mejora de los servicios y prestaciones a los ciudadanos; un gesto, por lo demás, irreprochablemente socialista. Lo grave es que aquello que debiera ser lo prioritario para el PSOE continúa pendiente: reducción de la Administración y persecución decidida del fraude fiscal. Al final, esos impuestos que van a subir los terminaremos pagando los que ya cumplimos con la hacienda pública -seamos pobres o ricos- y no los que seguirán eludiendo sus obligaciones (ese elevado porcentaje de profesionales autónomos tributariamente fraudulentos y los muchos empresarios que ejercen su actividad en régimen de inmersión fiscal). Esto es lo que me parece inaceptable. Primero háganse cumplir las leyes que ya existen, después reduzcanse los gastos superfluos y el derroche y por último -ahora sí, pero no antes- súbanse los impuestos si es necesario hacerlo.

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  4. Respondiendo tu pregunta, yo creo que analizó a medias por conveniencia... después de todo, hay que pagar los gastos de la próxima campaña.

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