¿El blog "Generación Y" de Yoani Sánchez está conectado a la Red vía satélite o se escribe en Miami?...

Los textos son difundidos en varios idiomas y las versiones son tan perfectas

que es imposible que hayan sido realizadas con un traductor en línea gratuito

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Pocos son los éxitos blogosféricos en los que tan clara es la intervención de poderes "extraterrestres" e inasequibles al desaliento. Es el caso de la bitácora Generación Y, que protagoniza una iniciativa política --legítima, por supuesto-- a la par que es un paradigma de lo bien que funciona la tecnología al servicio de la propaganda ideológica y del quintacolumnismo del siglo XXI.
Hasta quienes criticamos el empecinamiento de la nomenclatura castrista, tenemos problemas para tragar sin toser las ruedas de molino que vende Yoani Sánchez, autora de un blog cubano que por arte de magia se descarga a una velocidad inexistente en la isla.

¿Es un milagro? No, lo que ocurre es que los humanos mortales ignoramos cómo y desde dónde es lanzada o relanzada esa bitácora a la red de redes.
Por si fuera poco, es posible leer Generación Y en varios idiomas y en tan perfectas traducciones que es evidente que no son realizadas con un traductor en línea gratuito, de modo que Yoani Sánchez es una excepcional políglota, y no solo hablando sino también literariamente, o bien cuenta con el apoyo profesional de excelentes traductores.

¿Quién mantiene los lujos de esa humilde bitácora cubana cuya sacrificada autora escribe en hoteles, según ella misma ha relatado? Hoteles que están ubicados en la mísera isla descrita por Yoani Sánchez pero que, ¡sorpresa sorpresa!, ofrecen a sus clientes reales y postizos terminales informáticas de última generación provistas de conexión satelitaria gratuita o acaso subvencionada desde... pues eso.

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Cuando la vista engaña...

¿Todos nos chupamos el dedo?
No se trata de defender el régimen castrista, pues cuando el funcionamiento de un Estado puede ser descrito con un apellido es prueba inequívoca de que adolece de graves taras. El castrismo es eso, un ismo político con rasgos similares --nunca nada es igual-- a otros regímenes personalistas; dicho esto sin menoscabo de los valores que representaban los revolucionarios que se embarcaron en el Gramma y lucharon contra la oligarquía habanera que personificaba Fulgencio Batista.

Pues bien, en ese escenario de restricciones Generación Y es reflejo y prolongación de la estupidez política castrista.
Dicho de otro modo, Generación Y es la segunda pata del maniqueísmo que imepra en la isla.
El aspecto más deleznable de Generación Y es que la autora juega al victimismo y para colmo tiene el descaro de solicitar dinero a los lectores apelando a la ¡solidaridad!... «mi blog es un sacerdocio» (textual), excusa que redondea añadiendo con desparpajo: «Yo no recibo dinero por hacer mi blog».

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Tan atractiva como falaz

Lo de menos es que Yoani Sánchez tenga cuenta corriente en España --en la que le ingresan, por ejemplo, la dotación económica de los premios que recibe--, lo repudiable es que Yoani Sánchez se disfrace de heroína.

Probablemente, cuando Generación Y empezó su andadura y era un medio de comunicación personal (es decir, sin servidumbres ni dependencias) era un blog y sólo un blog, pero hace tiempo que es otra cosa.
Generación Y es una página legítima, sin duda, al servicio de una idea, lo cual también es legítimo, pero no es una bitácora, salvo en las formas (guardar las formas es la virtud de...)

Si Yoani Sánchez dejara de dar la matraca con la falacia de que es una humilde bloguera ganaría respeto.
Ni el éxito mediático ni una elevada audiencia dan la razón.
No es honesto disfrazar un submarino nuclear (poderosa página anticastrista) de humilde pesquero de bajura (bitácora personal).

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CON POSTERIORIDAD:
«"El fenómeno Yoani Sánchez", por Salim Lamrani». 
CON ANTERIORIDAD:
«¿A qué Blogosfera pertenece usted?, ¿a la condicionada o a la libre?»