Hay noticias que no sólo destacan por los hechos en sí mismos, sino que además llama la atención el tratamiento que les dan los medios.
Estos días en Gran Bretaña ha regresado a las primeras planas el caso de la sociedad suiza Trafigura, que en 2006 pagó a una empresa de Costa de Marfil para que hiciera desaparecer 400 toneladas de carburante altamente tóxico procedente del Reino Unido.
La subcontratada, que probablemente ignoraba la peligrosidad del producto, optó por verterlo en las cercanías de la capital marfileña, Abidjan, lo que causó lesiones a unas 85.000 personas, de las que quince, como mínimo, fallecieron.
En el 2007, debido al escándalo y a las demandas del Estado africano, Trafigura abonó 225 millones de dólares para compensar los perjuicios, lo que permitió entregar 1.500 dólares de indemnización por persona a unos 30.000 afectados. Pero la compañía, que había sido denunciada en Gran Bretaña (lugar de procedencia del tóxico), fue exonerada de culpa porque alegó desconocer la toxicidad del combustible y la responsabilidad, si la hubiere a criterio de la Justicia marfileña, sería de la subcontrata africana.
La subcontratada, que probablemente ignoraba la peligrosidad del producto, optó por verterlo en las cercanías de la capital marfileña, Abidjan, lo que causó lesiones a unas 85.000 personas, de las que quince, como mínimo, fallecieron.
En el 2007, debido al escándalo y a las demandas del Estado africano, Trafigura abonó 225 millones de dólares para compensar los perjuicios, lo que permitió entregar 1.500 dólares de indemnización por persona a unos 30.000 afectados. Pero la compañía, que había sido denunciada en Gran Bretaña (lugar de procedencia del tóxico), fue exonerada de culpa porque alegó desconocer la toxicidad del combustible y la responsabilidad, si la hubiere a criterio de la Justicia marfileña, sería de la subcontrata africana.
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Especialistas británicos recogen muestras en un paraje
que ofrece más detalles del episodio)
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y un juez muy comprensivo
Sin embargo, el pasado mes de marzo el hallazgo de un informe científico solicitado con anterioridad al suceso por Trafigura desmintió los alegatos de la empresa; es decir, el consorcio suizo sabía el daño que podía ocasionar el producto exportado. El comprometedor estudio cayó en manos de un periodista de The guardian, pero, ¿sabe usted lo que hizo la compañía?: Recurrió a los tribunales y, alegando que el informe era confidencial, instó que se impidiera su difusión. ¡Y un juez aceptó perder la prueba en un cajón e incluso prohibió informar de su existencia!
Resumiendo, el poder judicial de un Estado democrático de Derecho protegía a una empresa privada que había dañado gravemente la salud de miles de personas.
Y entonces saltó la sorpresa, pues varios blogueros tuvieron acceso al estudio y su contenido trascendió, difundido sobre todo a través de Twiter.
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Un parlamento tan comprensivo como el juez
El asunto ha llegado al Parlamento británico, donde --dando por buena la tesis del juez-- llegaron a emplazar a The guardian para que respetara la decisión del poder judicial y se abstuviera de revelar nada de cuanto supiera del informe y renunciara a informar de lo que se hablara en la honorable cámara.
En fin, que otro poder del Estado democrático de Derecho optó por anteponer los intereses privados de una empresa a la salud de decenas de miles de personas.
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¿Y usted qué opina?
A su criterio, amable lector/a, ¿qué es lo más reseñable de este episodio, el intento de los poderes públicos de ocultar la negligencia de una empresa, o acaso considera más relevante que el suceso haya tenido que ser ventilado a través de una red social porque los medios "serios" no lo consideran relevante...?
A su criterio, amable lector/a, ¿qué es lo más reseñable de este episodio, el intento de los poderes públicos de ocultar la negligencia de una empresa, o acaso considera más relevante que el suceso haya tenido que ser ventilado a través de una red social porque los medios "serios" no lo consideran relevante...?
Para colmo, un breve paseo por internet constata que los criterios de algunos medios son un tanto curiosos, pues consideran que lo más noticiable es la hazaña protagonizada por los internautas --mérito que nadie niega-- al difundir la información, y relegan a segundo plano el hecho de que poderes públicos del civilizado Primer Mundo intentaran silenciar la atrocidad perpetrada por Trafigura y las mentiras a las que recurrió para esquivar el bulto.
Y luego hay quienes se sorprenden de que los medios convencionales pierdan credibilidad.
ENLACE: Búsqueda de información del caso Trafigura a través de Google Noticias (al acceder a la página, actualice contenidos).
DE INTERÉS:
El pasado 8 de octubre, la bitácora CONTRAPUESTOS publicó un interesante post: "El escándalo Trafigura es sólo uno de los miles de casos de vertidos ilegales del mundo rico", en el que menciona varios casos, incluidos los que se registran desde hace años en aguas somalíes, abordado con anterioridad en ImP con motivo del fenómeno de la piratería, ver: "Guerrear contra los desaparrapados somalíes es una vergüenza".
El pasado 8 de octubre, la bitácora CONTRAPUESTOS publicó un interesante post: "El escándalo Trafigura es sólo uno de los miles de casos de vertidos ilegales del mundo rico", en el que menciona varios casos, incluidos los que se registran desde hace años en aguas somalíes, abordado con anterioridad en ImP con motivo del fenómeno de la piratería, ver: "Guerrear contra los desaparrapados somalíes es una vergüenza".
Leyendo tu entrada de hoy, que, como siempre, es muy interesante, me entra una rabia supina. Lo que yo pienso es primero, que los poderes públicos del llamado primer mundo adolecen, en muchos casos, de una importante falta de vergüenza. Segundo: que efectivamente constato que hoy día para estar informado es imprescindible la lectura en la Red. En la blogosfera. Convencida.
ResponderEliminarUn beso
Últimamente estás que te sales con los artículos, Felix, genial como siempre,
ResponderEliminarun abrazo de Cristóbal