La tentación de escribir sobre la iniciativa Madrid 2016 era grande, pero no vivo en la capital del reino y el asunto merece ser tratado por quienes han vivido de cerca la campaña que orquestó el gobierno del municipio más endeudado de España.
La campaña pro Madrid, por cierto, vista desde provincias era evidente que estaba dirigida a los propios madrileños, como si fueran ellos los que debían ser convencidos de que la villa y corte fuera sede olímpica.
La campaña pro Madrid, por cierto, vista desde provincias era evidente que estaba dirigida a los propios madrileños, como si fueran ellos los que debían ser convencidos de que la villa y corte fuera sede olímpica.
En fin, el caso es que para hablar del descalabro o de la honrosa eliminación de la candidatura madrileña a los JJ OO del 2016 he preferido remitirme a Ignacio Escolar:
«Yo quiero vivir en esa ciudad que sale en el vídeo olímpico de Madrid, ese idílico lugar donde las aceras no son eternas zanjas, el aire no huele a polvo y la fachada más tradicional no es una loneta verde sobre columnata de andamio (...) Siempre fui escéptico con Madrid 2016, un noble fin del alcalde que servía de coartada para camuflar los verdaderos problemas de la ciudad (...) Pero el viernes, lo confieso, al caer Tokio tuve una ilusión; una taquicardia, más que una corazonada, y soñé que podíamos ganar. Me desperté al ver que el rey se bajaba del tren un minuto antes de que descarrilase y no acudía a la ceremonia final. El éxito es Borbón, pero el fracaso siempre es republicano».
Pulse y lea íntegro "De Madrid al suelo", en EscolarNet, que incluye un interesantísimo gráfico referido a la descomunal deuda que arrastra el ayuntamiento madrileño: ¡Más de la mitad de la deuda de todos los ayuntamientos de España es madrileña!...
Y no solo es eso. Tienen la desvergüenza de por un lado criticar al gobierno central por la subida de impuestos y por otro el alcalde de Madrid, que yo sepa del mismo partido, subir indecentemente los impuestos a los madrileños con nuevos inventos. ¿Quién pagaría si no este dislate sino los propios ciudadanos?
ResponderEliminarUna megalomanía más del señor Gallardón y su corte.
Un beso
Gracias por tu comentario, Félix. Me ha servido para interesarme por tu blog.
ResponderEliminarUn saludo cordual.
Gracias por tu comentario, Félix. Me ha servido para interesarme por tu blog.
ResponderEliminar¡Qué curioso! Yo en mi blog me quejo de que la campaña vista desde fuera de España está clarísimamente dirigida a los españoles (http://lilleskvat.blogspot.com/2009/09/la-corazonada-sin-sentido-de-madrid.html, y ahora leo que incluso en España se ve que está solo dirigida a los madrileños... Lamentable. Y menos mal que ha ganado Río.
ResponderEliminarSaludos y gracias por visitar mi blog :-)
A LILLE SKVAT,
ResponderEliminarHola, pues en gran medida tienes tu razón, sin que con ello me desdiga de que la campaña estaba dirigida a los madrileños.
Tu perspectiva, que es más amplia y con toda seguridad más universalista que la de quienes vvimos en la Península, es distinta y con lógica te lleva a analizar el asunto con más frialdad e, inevitablemente, con lejanía; que es la que al mismo tiempo te impide apreciar que vista desde España la campaña Madrid 2016 era marcadamente madrileñista --dicho esto sin ánimo peyorativo--.
Curiosamente, la campaña en pro de Barcelona 92 --pese a la imagen que proyecta la existencia de un nacionalismo catalán muy arraigado-- fue menos localista que la de Madrid 2016. Las clases dirigentes de la capital del Reino tienen muy arraigado ese condicionante, ser la capital del Estado y el ombliguismo goza de excelente salud, en numersas ocasiones sin pretenderlo. Visto desde "dentro", máxime desde "provincias", ese madrileñismo es cada vez más evidente. Yo he vivido en el extranjero bastantes años y desde "fuera" tampoco percibía con toda su intensidad ese fenómeno capitalino.
Saludos.