El PSOE de A Coruña se ha hundido por "méritos" propios y con ayuda de Francisco Vázquez

Los resultados electorales habidos en A Coruña sirven para evidenciar algunas de las causas del hundimiento del PSOE, que por mucho que algunos se empeñen no se debe exclusivamente a la recesión económica.

Ciertamente, la crisis ha influido, pero la pérdida de votos del PSOE se debe, entre otras razones, a que ha decidido afrontar la coyuntura incluyendo varias propuestas de centro-derecha, incluso con medidas similares a las de Angela Merkel. ¡Para eso ya está el PP!

Más claro: No es que el PP haya ganado votos, sino que el PSOE los ha perdido.
En todo caso, las de ayer eran elecciones municipales y han pesado sobremanera elementos de ámbito local. 

Volvamos al municipio de A Coruña, donde el PP ha obtenido por primera vez la mayoría absoluta y lo ha hecho sin apenas haber aumentado el número de votos.
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El PSOE ha perdido los votos
que le prestaba el vazquismo
Durante más de dos decenios, A Coruña ha sido gobernada por sucesivas mayorías del PSOE de Francisco Vázquez, hasta que el jefe fue apartado: el Gobierno lo nombró embajador ante la Santa Sede cuando empezaron a aflorar episodios poco edificantes del social-coruñesismo.
En los comicios de 2007 el partido socialdemócrata perdió la mayoría absoluta, aunque conservó la alcaldía pactando con el BNG.

El triunfo obtenido ayer por el PP era previsible por dos motivos, básicamente:

Primero, porque ahora y en 2007 --tal como ha quedado demostrado-- parte de los electores del PSOE no votaban al partido sino a Vázquez, y sin él han optado por quedarse en casa o han apoyado al PP --y en menor medida a Unión Coruñesa, formación esta que pese a su poderío económico-propagandístico no ha obtenido representación; y

Segundo, porque el vazquismo maleducó políticamente a la ciudadanía, convenciéndola de que la fórmula para que la ciudad progresara pasaba por mantener sine die las políticas de fachada que lastran e incluso están destruyendo el pulso comercial y económico de la urbe; a saber:
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* Más especulación urbanística, pese que en A Coruña ya hay en torno a 20.000 viviendas en desuso,

* Desmantelamiento de la industria; los solares liberados han sido extraordinariamente bien aprovechados por los propietarios de suelo y promotores inmobiliarios,

* Creación de polos de atracción comercial con el abandono simultáneo del tejido comercial histórico, colocando a numerosas pymes al borde del abismo,

* Negativa casi sistemática a coordinar servicios con los municipios vecinos, pese a que A Coruña es la cabecera de un hinterland del que lógica e inevitablemente también depende en lo económico,

* Desarrollo del ocio como si se tratara de una industria fundamental y de futuro; actividad que ha sido sobredimensionada y que incluso lastra los presupuestos municipales,

* Fomento del orgullo coruñesista, tan epatante como carente de rentabilidad; para colmo, el localismo coruñés que tantos votos rentaba a Vázquez tiene ramalazos excluyentes, genera antipatías innecesarias y enloda las relaciones de la ciudad con los municipios vecinos y con el resto de Galicia,

* Utilización del consistorio para librar batallas políticas (incluso dentro del propio PSOE), tanto de ámbito autonómico como estatal,

* Desprecio por la cultura gallega,

* Apoyo a iniciativas y empresarios cuyas actividades nada o casi nada aportan a la economía de los coruñeses ni al tejido comercial y productivo del municipio, y

* Conversión del PSOE local en un lobi cuyo principal objetivo era conservar el poder institucional.
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Rectificación parcial y tardía

Durante el último mandato, el alcalde ahora saliente, Javier Losada, ha corregido algunas de las perversiones vazquistas, sin duda, pero lo ha hecho demasiado tarde, a cuentagotas, mirando siempre el espejo retrovisor y, para colmo, ha tenido que lidiar con Vázquez, que ha reaparecido periódicamente en escena para ningunear al gobierno de coalición PSOE-BNG hasta convencer a buena parte de sus fieles de que dejaran de apoyar a los socialdemócratas. Y lo ha conseguido.

El PSOE coruñés se ha despertado tan tarde y se ha hundido cuando empezaba a recuperar rasgos socialdemócratas.

No pretendo restar valor al éxito de Carlos Negreira (PP), que ha sabido jugar sus bazas con habilidad y ha sido fiel a lo que representa.
Para entender el hundimiento del PSOE coruñesista es obligado subrayar, ante todo, que el vazquismo no es viable sin Vázquez, el único que era capaz de vestir con "elegancia" su desnudez ideológica.

Los cimientos políticos del PSOE coruñés eran débiles porque durante más de veinte años pescó gran parte de los votos en el sector del electorado más voluble, y para colmo la agrupación cedió todo el poder a un político ecléctico y provisto de un ombligo de proporciones gigantescas, tanto que desde que dejó de dirigir su partido se ha dedicado a destruirlo.
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Losada (en primer plano)
y Fernández Moreda.  

ACTUALIZACIÓN (martes, 24 de mayo):
El todavía alcalde en funciones de A Coruña y gran derrotado de los comicios locales celebrados anteayer, Javier Losada, ha anunciado que renuncia al acta de concejal y a ejercer de líder del principal partido de oposición en la nueva corporación.
Otro tanto ha hecho la número dos de la candidatura del PSOE, Carmen Marón.
Además de ediles, él es senador y ella, diputada. Cargos estos a los que no han renunciado.
Ante las crecientes demandas de dimisiones que formula un sector de la militancia del PSOE local, el tercer peso pesado de la socialdemocracia coruñesa, Salvador Fernández Moreda (presidente en funciones de la Diputación provincial, institución en la que ahora tiene mayoría el PP) ha respondido a los críticos retándoles a que presenten sus quejas y propuestas ante los órganos de dirección.
Fernández Moreda --al contrario que sus dos compañeros dimisionarios-- no tiene ningún otro cargo institucional remunerado; salvo que como concejal asuma el liderazgo que hoy abandona Losada.
Fernández Moreda es el secretario provincial del PSOE y por tanto, en lógica política, es el responsable número uno de la desfeita electoral en la demarcación coruñesa, en la que el PSOE ha perdido las alcaldías de las tres principales ciudades: A Coruña, Ferrol y Santiago. La de A Coruña ha sido, con ventaja, la provincia gallega donde el PSOE ha registrado los peores resultados.