A medida que pasan las horas se disipa el simplismo que ha rodeado el acuerdo alcanzado entre demócratas y republicanos para elevar la capacidad de endeudamiento de EE UU. De entrada, salvo para quienes cierran los ojos y para los interesados en crear realidades virtuales, es eviddente que el centro del debate entre demócratas y republicanos no era la deuda, sino la política económica.
Desde el primer momento, era sabido que se aprobaría ampliar el endeudamiento. Lo que dilucidaban las cúpulas de los dos partidos no era eso, ni siquiera la cuantía; lo que debatían eran los criterios que primarán en los presupuestos federales. Y han ganado los ultraliberales.
Desde el primer momento, era sabido que se aprobaría ampliar el endeudamiento. Lo que dilucidaban las cúpulas de los dos partidos no era eso, ni siquiera la cuantía; lo que debatían eran los criterios que primarán en los presupuestos federales. Y han ganado los ultraliberales.
A cambio de seguir recurriendo al crédito, la Casa Blanca ha aceptado casi todos los recortes del gasto que exigía el ultraconservador Tea Party, movimiento que ya cuenta con la simpatía (sea por convicción o por cobardía intelectual) de más de la mitad de los parlamentarios del Partido Republicano.
Las condiciones aceptadas por los demócratas atan de pies y manos al Ejecutivo estadounidense y Barack Obama, cuya personalidad y significados políticos fueron sobredimensionados, afrontará las elecciones presidenciales del próximo año en un país cuyos presupuestos están controlados más que nunca por la Reserva Federal (banco central) y por una elite financiera cuya codicia es inconmensurable.
Pasan los años y la toma de decisiones políticas en EE UU está cada vez mas alejada de las instituciones elegidas ¿democráticamente? y, por tanto, más alejadas de la ciudadanía.
Nada, absolutamente nada de cuanto prometió Obama durante la campaña electoral del 2008 se ha cumplido. Salvo gestos y palabras bonitas, el nosotros podemos se ha quedado en nada.
No es la primera vez que un presidente de EE UU incumple su programa, pero en esta ocasión es más palpable y también más doloroso porque las expectativas creadas y engrandecidas por la mayoría de los medios fueron mayúsculas.
Las arcas públicas del Estado norteamericano ya figuran entre las más endeudadas del mundo, por primera vez superan el 100% del producto interior bruto (PIB).
[La deuda del Estado español es del 64 %]
Obama (la esperanza) pierde y el Tea Party (la codicia) gana.
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DE INTERÉS:
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Infografía publicada por The New York times que refleja el monto de las deudas públicas de las principales economías del mundo (Pulsar sobre la imagen para ampliarla) |
“Lo que todos deberían saber sobre la crisis de la deuda en EE UU”, en Observatorio Internacional de la Deuda,
“China carga contra la adición a la deuda de EE UU”, en El periódico.
TEXTO BÁSICO: ¿Qué es la deuda pública?, en la Wikipedia.
TEXTO BÁSICO: ¿Qué es la deuda pública?, en la Wikipedia.
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