Pasan los días y prácticamente ningún medio --los hay, pero pocos-- ha dedicado media página o cinco minutos a explicar en qué consiste el modelo de "capitalización" que propone implantar Mariano Rajoy para sustituir el actual subsidio de desempleo, según anuncia el programa electoral del PP.
Durante el cara a cara que sostuvieron los presidenciables del PSOE y del PP y a pesar de la insistencia de Pérez Rubalcaba, Rajoy ha evitado decir en qué consiste la "capitalización".
Durante el cara a cara que sostuvieron los presidenciables del PSOE y del PP y a pesar de la insistencia de Pérez Rubalcaba, Rajoy ha evitado decir en qué consiste la "capitalización".
Veamos:
Seguro que usted ha oído hablar del sistema de pensiones mediante capitalización, ¿verdad?
Pues el modelo que aplicará el PP en el subsidio por desempleo es similar.
Pues el modelo que aplicará el PP en el subsidio por desempleo es similar.
De entrada, todos los asalariados seguirán teniendo derecho a recibir el subsidio en caso de perder el empleo, pero la cuantía no se determinará aplicando una norma general, sino que será calculada de forma individual.
[Personalizar derechos, el que sea, es políticamente sustancial porque introduce criterios darwinistas en la Administración pública. El darwinismo es una "filosofía de lo social" que la derecha y la ultraderecha han abrazado con pasión por tres motivos: fomenta el individualismo, destruye el sentido de colectividad y, por añadidura, proporciona elevadas ventajas presupuestarias al Estado, ¡no a las personas!]
Resumiendo:
A cada trabajador se le asignará una especie de cuenta corriente en la tesorería de la seguridad social, en la que él y su empleador ingresarán sendas aportaciones mensuales en concepto de seguro de desempleo. El dinero acumulando en esa cuenta es el que recibirá el asalariado en caso de despido improcedente, quiebra de la empresa o cierre patronal.
A cada trabajador se le asignará una especie de cuenta corriente en la tesorería de la seguridad social, en la que él y su empleador ingresarán sendas aportaciones mensuales en concepto de seguro de desempleo. El dinero acumulando en esa cuenta es el que recibirá el asalariado en caso de despido improcedente, quiebra de la empresa o cierre patronal.
Si el trabajador cambiara de empresa, conservaría el dinero ya existente en la cuenta, al que iría sumando las aportaciones acumuladas en su nuevo puesto de trabajo.
Evidentemente, los trabajadores con contratos en precario [los de duración temporal, a tiempo parcial, por obra o servicio, los fijos discontinuos, etcétera] verán drásticamente reducido el subsidio que cobrarán entre período y período trabajado, salvo que ellos y sus empleadores [los segundos difícilmente aceptarán esta posibilidad] ingresaran en la cuenta corriente de la seguridad social cuotas mensuales proporcionalmente elevadísimas en comparación con las que ahora cotizan.
En paralelo, lo que el trabajador temporal cobre durante los meses que esté en el paro se perderá; es decir, la siguiente vez que esté desempleado sólo percibirá la cuantía acumulada con las nuevas aportaciones.
[en este punto es obligado destacar el futuro que les espera a los asalariados fijos discontinuos, pues deberán acostumbrarse a cobrar cantidades ínfimas durante los meses que están en paro entre cada período trabajado; tal es el caso, por ejemplo, de las asalariadas de las conserveras]
En realidad, el modelo de "capitalización" sólo tiene una ventaja: reduce considerablemente el dinero que el Estado destina al subsidio de desempleo y, por tanto, ayuda a ajustar los presupuestos y reducir el déficit; lo que a su vez permite destinar más fondos públicos a otros fines; por ejemplo, a salvar cajas y bancos y, al mismo tiempo, el gobierno podrá alegar que es posible reducir el déficit sin aumentar la recaudación, sin retirar las deducciones fiscales al impuesto de sociedades, sin aplicar el impuesto sobre el patrimonio, ni endurecer la persecución del fraude fiscal, etcétera, etcétera y etcétera.
Sin embargo, el sustantivo "capitalización" y el verbo "personalizar" engañan a numerosos asalariados…
Votar a quienes proponen la "capitalización personal" del subsidio de paro es legítimo, ¡faltaría más!, pues ser trabajador asalariado y masoquista es perfectamente compatible.
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