Una de las escasas sorpresas --aunque relativa-- que han deparado las recientes elecciones legislativas se ha producido en Levante: València y Murcia, pues siendo evidente que en ambas comunidades la corrupción está bien asentada y pese a ello ha vuelto a ganar el partido que desde hace años y años gobierna en ambas comunidades y en sus más importantes ayuntamientos.
Y lógicamente, una vez comprobado hasta la saciedad que a la mayoría de los ciudadanos que votan les importa un rábano que haya corrupción, los abusos y los escándalos siguen al orden del día.
Estos días es noticia otra investigación judicial en el país de el señor de los trajes:
"Compraban, con fondos de la sociedad, joyas, bolsos de Loewe, relojes, bolígrafos Montblanc, prendas de vestir en Armani, dispositivos electrónicos (ipods, libros electrónicos, ordenadores portátiles), accesorios de automóvil, mil euros de lotería cada año. Cargaban el alquiler de vehículos de lujo y circuitos de spa. Hacían viajes de placer con sus familias, a París, Nueva York, Johanesburgo y demás destinos alojándose con gastos pagados en hoteles de cuatro y cinco estrellas. Se hospedaban en establecimientos de similar categoría, en la misma Comunidad Valenciana, acompañados de teóricas traductoras rumanas. Siempre por cuenta de Emarsa.
Fueron capaces de gastarse 92.443 euros en un año en asadores, marisquerías y restaurantes con estrellas michelín. Y aún así, en los 23.000 folios del sumario pueden encontrarse facturas de 7,5 euros de tabaco o de compras en el supermercado..."
Pues sí, señor Soria, su titular expresa la proposición lógica que se puede deducir del resultado de las elecciones junto con las conocidas afinidades y trayectorias de los respectivos partidos.
ResponderEliminarPero tampoco hacía falta perder el tiempo en deducciones: hay declaraciones registradas de ciudadanos españoles que APRUEBAN y VALORAN la conducta de los corruptos siempre que no los pillen. Por listos, por avispados, por audaces. El hecho de que los corruptos perjudiquen los intereses de quienes así valoran parece pasar a un segundo plano.
No es extraño que se haya calificado de "electorado suicida" al electorado español. Me temo que lo van a comprobar enseguida. El suicidio, quiero decir.