«Bambi sólo se emplea con firmeza con los amigos»

Para el próximo lunes (21 septiembre) está convocada la llamada Misa de Apertura de Tribunales para celebrar el inicio del curso judicial. El impulsor de que ese rito religioso vuelva a tener rango oficial es el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, que fue elegido para el cargo por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Por añadidura, a instancias de Dívar el acto católico será oficiado por Antonio María Rouco Varela, uno de los líderes de la facción talibán del catolicismo europeo.

Hasta hace dos años, al empezar el curso judicial se celebraba una sencilla ceremonia por los magistrados fallecidos durante el periodo anterior; pero ya el año pasado Dívar --entonces recién nombrado-- decidió que se volviera a celebrar la misa de apertura.

En principio, fuimos muchos los que barruntamos la posibilidad de que fuera una ocurrencia puntual, el error del novato y que, en caso de no corrregir, el Gobierno como institución o el mentor de Dívar, Rodríguez Zatapero, llamaría al orden constitucional al presidente del CGPJ.

No ha sido así.

Carlos Dívar

El Gobierno, con Rodríguez Zapatero al frente, ha demostrado otra vez que lo suyo no es la coherencia ni el rigor en materias que, como en este caso, ponen en duda que el Reino de España sea un Estado que se mantiene al margen de lo personal y, por tanto, de las creencias religiosas de sus ciudadanos; es decir, un Estado laico.

¿Se convocarán también oficios religiosos de las fe musulmana, judía y luterana, entre otras, así como un acto oficial de carácter civil y agnóstico para abrir el año judicial?
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¿Para cuándo el una, grande y libre?

¿El Estado español y sus instituciones son católicas? A la vista de los hechos, el aparato de Justicia sí lo es. De hecho, la Hacienda pública es formalmente católica desde ya hace años.

A tan inquitente noticia institucional se han sumado las recientes declaraciones del vaticanista radical que oficiará la misa de los jueces, Rouco Varela, que en un acto celebrado en Barcelona ha advertido de que “no se puede legislar en contra de la ley de Dios”. Para que ese criterio medievalista fuera perfectamente entendido por los profesionales del Derecho, fiscales, jueces y magistrados --pues tal era la audiencia--, el directivo religioso añadió que ser católico conlleva "la gran tarea de llevar la visión cristiana al derecho positivo".
[En puridad, Rouco se refería a la visión católica, pues la vida real es invisible para El Vaticano]
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El matiz de un amigo socialdemócrata

A este paso, me veré obligado a darle la razón a un amigo que tiene carné del PSOE desde hace años y años y es socialista --no psocialista--, quien hace ya un lustro me hizo el siguiente comentario: «Hay quienes le han apodado Bambi; se equivocan, Zapatero no es débil, pero por lo general sólo se emplea con firmeza con los amigos…» A lo que yo añadiría que la firmeza del leonés es para los amigos de izquierdas, no para los de derechas...
¡Ahí está Durão Barroso!, por poner un ejemplo de transmutación y delicadeza políticas...