La Xunta de la ¿transparencia? avala a empresas privadas en secreto

En virtud de una ley aprobada en mayo de 1995, cuando Manuel Fraga Iribarne presidía la Xunta, sucesivos gobiernos autonómicos han otorgado avales a empresas privadas. Esa singular potestad no es noticia per se ni porque el actual Ejecutivo (PP) siga haciendo uso de la prerrogativa, sino porque el gabinete de Núñez Feijóo ha dejado de informar de la identidad de las firmas beneficiadas y de las cuantías «para no perjudicar a las empresas», según ha precisado la Consellería de Economía, cuyo titular es Javier Guerra.

Entre las firmas agraciadas por el anterior gobierno (PSdeG-BNG) figuraron, entre otras empresas, Astilleros Cíes, Bernardo Alfageme, Feiraco, Grupo Copo, Inversiones Atlante, Isidro de la Cal, Lanera de Galicia, Roberto Verino, etcétera.

Las decisiones que al respecto toma el Ejecutivo que preside Núñez Feijoo desde el pasado mes de abril son noticia por su opacidad.

Núñez Feijóo

Además, puestos a analizar con rigor esa actitud cabe preguntarse por qué se están financiado empresas privadas en secreto --de algunas de ellas sí ha trascendido su identidad y resulta que incluso las hay que han sido salvadas de la quiebra--, pero los contribuyentes ignoran casi todo y nada saben de los criterios que rigen tanta generosidad subvencionadora.

Hay una serie de requisitos para solicitar ventajas económicas, subvenciones o avales públicos, cierto, pero el reglamento es administrativista y, resumiendo, resulta que fía la decisión final a lo que diga una consultora privada que informa de la viabilidad de la empresa y analiza las causas que en teoría motivan el derecho a a ayuda del solicitante...

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Hasta 500 millones de euros

¡Hay más administraciones públicas que poseen similar prerrogativa!, alegan los defensores de esos avales opacos.
Es decir: Mal de muchos, consuelo de tontos.

Durante el actual ejercicio la Consellería de Economía puede autorizar avales de hasta 25 millones de euros por demandante y hasta un total de 500 millones; partida esta que ha sido incrementada en un 66 % respecto a la de 2008 con la finalidad --según dice el Ejecutivo-- de ayudar a que las pequeñas y medianas empresas obtengan el crédito que les niegan bancos y cajas... que a su vez también reciben ayudas para dar créditos, o eso dicen.

A pesar de su importancia y de sus significados, esa generosidad de la Administración parece no interesar a los dirigentes políticos en general. Y es que los avales a empresas privadas, al igual que el entierro de cientos de millones de euros en la Cidade da Cultura, formarían parte de la lista de cuestiones molestas que sería políticamente incorrecto ventilar.
En paralelo, el generoso Gobierno del transparente Núñez Feijoo ha suprimido la gratuidad de los libros de texto porque escasea el dinero...
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Ejemplo de confusión entre lo público y lo privado

Si de dar ejemplo de transparencia-opacidad se trata, he aquí otro de indudable valor:

El máximo responsable de la Autoridad Portuaria de A Coruña que decidió optar por Punta Langosteira para construir el puerto exterior de A Coruña supervisa ahora, desde el ámbito privado, las obras del proyecto a través de una asistencia técnica cuyo importe asciende a 5,9 millones de euros.
Juan Manuel Páramo Neyra ocupó la presidencia del organismo coruñés entre junio de 1996 y noviembre de 1999, bajo el mandato del ministro de Fomento Arias Salgado (PP). Ahora es socio y administrador de una de las sociedades de la UTE Langosteira Supervisión, contrato otorgado cuando Guillermo Grandío Chao, también a propuesta del PP, presidía la Autoridad Portuaria de A Coruña... Para conocer más detalles, pulse aquí.