Tras la victoria del PP en los recientes comicios gallegos y recuperar el gobierno de la Xunta, Núñez Feijoo está voluntariamente encadenado a sus amistades electorales, entre las que destacan los españolistas que han desarrollado una intensa campaña pidiendo el voto para el PP al mimo tiempo que satanizaban el consenso que respaldó Fraga Iribarne para frenar la lenta pero progresiva desaparición de la lengua gallega.
En los colegios públicos o concertados de la comunidad autónoma muy rara vez a lingua do país es el idioma vehícular en más del 50 % de asignaturas.
Es más, en la mayoría de los colegios el porcentaje de uso del gallego es bajo o testimonial. Sin embargo, los españolistas agrupados en torno a una organización autodenominada Galicia Bilingüe, con el apoyo expreso de Feijoo y participación de los populares, lograron que desde meses antes y sobre todo durante la campaña electoral, en la sociedad gallega se vivieran episodios de crispación para que amplios sectores sociales de España sospechen que los nacionalistas gallegos --¡en contubernio con el PSdeG-PSOE!-- han intentado e intentarán imponer el gallego en los colegios y prohibirán el castellano.
¡Mienten!
Y también faltan a la verdad --o se equivocan gravemente-- todos los periodistas, columnistas, tertulianos, expertos de lo que sea y los intelectuales que hayan insinuado o repetido la mentira del PP y Galicia Bilingüe.
Y también faltan a la verdad --o se equivocan gravemente-- todos los periodistas, columnistas, tertulianos, expertos de lo que sea y los intelectuales que hayan insinuado o repetido la mentira del PP y Galicia Bilingüe.
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Hay nacionalistas gallegos y no nacionalistas que apuestan (apostamos) por la inmersión lingüística, incluso hay una minoría de galleguistas que apuestan por el monolingüismo gallego --¡están en su derecho!--, pero esas dos tendencias carecen de respaldo social mayoritario y en ningún momento han contado con apoyos ni siquiera tangenciales en el Parlamento Galego ni en el gobierno bipartido PSdeG-PSOE y BNG.
Lo cierto es que el problema gallego ha sido creado por Galicia Bilingüe y por el PP del centrista Núñez Feijoo, que utilizan la cultura, los sentimientos y lo que se tercie para fomentar el maniqueísmo:
O ellos o nosotros. Guerracivilismo puro y duro.
La actitud de Galicia Bilingüe es radicalmente política y ha demostrado hasta la saciedad su enfermizo rechazo al idioma y a la cultura gallegas.
Pero si se analizan las tesis de Galicia Bilingüe obviando clichés, todo indica que la fobia que transpira Galicia Bilingüe es puro y simple rechazo a todo bien cultural que consideren ajeno. No defienden el bilingüísmo, sino la imposición del castellano... Y como usted y yo bien sabemos, amable lector/a, el gallego es ajeno a Galicia. Manda carallo!
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Profetas de la xenofobia cultural
La actitud de Galicia Bilingüe es la misma que la de los ultras españoles que se niegan a respetar la cultura catalana pese a vivir en Barcelona, rechazan la francesa viviendo en París o la alemana en Berlín. Algo similar practican los ultragermanistas residentes en Mallorca o Fuerteventura, o los ultras ingleses que residiendo en España u otros países crean guetos donde solo se emplea su idioma.
Esos patriotas patrioteros, procedan de donde procedan, si trabajan y residen en un territorio con cultura autóctona diferente, matriculan a sus hijos en colegios que sean 100 % nacionalistas de su planeta, no sea que los niños se integren en la sociedad de los otros aunque vivan con ellos.
Peor todavía, en numerosas ocasiones esos fanáticos actúan así porque temen sentirse moralmente obligados a hacer el esfuerzo de aprender el idioma del país en el que viven.
Pura y simple comodidad, desidia o molicie intelectual.
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Cadenas aculturales
Peor todavía, en numerosas ocasiones esos fanáticos actúan así porque temen sentirse moralmente obligados a hacer el esfuerzo de aprender el idioma del país en el que viven.
Pura y simple comodidad, desidia o molicie intelectual.
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Cadenas aculturales
Núñez Feijoo se ha aliado y encadenado con quienes se empeñan en poner puertas en el campo de la Cultura y que apelan a un derecho paterno inexistente para imponer a sus hijos y a los del prójimo limitaciones que desde una óptica estrictamente cultural carecen de racionalidad.
A propósito de este asunto --¡a ver si logramos deslindar la Cultura de la política!--, Fermín Bouza, catedrático de Sociología en la madrileña Universidad Complutense, nacido gallego, avecindado en la capìtal y ciudadano del Estado español, ha escrito un artículo que resulta esclarecedor y merece lectura. Empieza así:
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Hablemos de la lengua de Galicia, a la que el nuevo presidente de la Xunta, derogando o preparando la derogación del decreto del Bipartito y de las leyes generadas en los gobiernos anteriores del PP, ha convertido en una prioridad de la agenda personal de muchos ciudadanos demócratas y sensibles, hablen o no el gallego, y que ciertamente es una prioridad objetiva de agenda pública, pues todos los indicios correctamente interpretados de las series estadísticas conducen invariablemente a la misma conclusión sobre la lengua nacional de Galicia, es decir, a su probable muerte real, aún permaneciendo largos años como lengua de pequeñas comunidades. Cualquier otra interpretación de los datos conocidos no creo que tenga fundamento tecno-científico alguno...
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En Valencia pasa igual. Los del PP no quieren ni bilingüismo ni que se utilice el valenciano. Eso sí, se han apoderado de la defensa de la cultura valenciana, así, cuando ya se les relacione completamente con la auténtica valencianía, ir ahogándola poco a poco. Es la otra forma de eliminación y que se acabe la diversidad. Por favor, separemos de una vez política y cultura!
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