05 septiembre 2009

Los bulos en la Red, la comodidad de creer y el esfuerzo de pensar

Una entrada en la web de la Asociación de Internautas informa de que por segundo año consecutivo la entidad ha elaborado un estudio sobre el alcance y los efectos de los rumores en Internet, para lo que ha realizado una consulta en la que han participado 3.129 internautas.
El trabajo constata que un elevado porcentaje de internautas «no sabe distinguir entre un rumor falso y una noticia veraz (...) hecho que pone de manifiesto la dificultad cada vez mayor de entender y manejar un medio como es Internet».
Sería absurdo e injusto restar valor y utilidad al estudio de la asociación; es más, su trabajo merece aplauso. Pero en mi opinión --humilde por personal--, el informe debería incluir un matiz sustancial: El porcentaje de telespectadores, radioyentes y lectores de periódicos que comulgan con ruedas de molino es similar, acaso mayor.
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Creer ayuda
sentirse feliz
y pensar lo dificulta
Lo preocupante no es que un elevado porcentaje de internautas, telespectadores, radioyentes y lectores de prensa se crean todo o casi todo lo que ven, escuchan o leen; lo realmente inquietante es el alto grado de penetración de la basura informativa y de las campañas solapadas con fines políticos o comerciales.
En paralelo, no menos inquietante y sobre todo descorazonador es comprobar a diario que la capacidad de razonar de la generalidad de los ciudadanos del culto Occidente es baja y peor, pues esa tara es fruto de la comodidad y/o del conformismo, sin olvidar que el atontamiento e individualismo en el que es instruida la mayoría de  niños y jóvenes desde la más tierna infancia hasta la universidad es casi perfecto.
El estudio de la Asociación de Internautas y otros de similar factura elaborados por quienes analizan los contenidos de las informaciones, los mensajes subliminales de la publicidad, el gregarismo, las inclinaciones conservadoras del clan y de la familia tradicionales, o las carencias de la enseñanza reglada, entre otros fenómenos, todos esos informes obligan también a felicitar a quienes trabajan en la reproducción de las ideologías dominantes, en el asesinato de los sentimientos, en la promoción de actitudes irracionales y felicitar, en definitiva, a quienes se esfuerzan en que los resortes psicológicos y el razonamiento --sea poco o mucho-- sean los convenientes.
En todo caso, la Asociación de Internautas hace bien en aportar --sea consciente o involuntariamente-- otra prueba de que numerosos ciudadanos siguen siendo víctimas a la vez que responsables de lo que nadie ignora... ¡Salvo los que optan por ignorar!, lo cual siempre es más cómodo ¡con o sin Red!
Pensar requiere esfuerzo y a veces es incómodo. Pero toda oportunidad es buena para recordar que la trastienda personal y social a la que conducen estudios como el referido a la capacidad de creer de los internautas tiene miga, mucha miga...

ENLACE a la información de la ASOCIACIÓN DE INTERNAUTAS.

9 comentarios:

  1. La propaganda estilo gobbeliano funciona a las mil maravillas, como bien podemos comprobar ahora mismo con asuntos como la gripe, la guerra en Afganistán o el "buen hacer" de los prestamistas entendidos como "banqueros". Engañar es muy fácil, intimidar lo es más todavía. Y no hay cosa que intimide más que la "información" bien aderezada con dosis de amedrentamiento. No hay mejor vacuna contra el papanatismo que el escepticismo. Al menos impulsa a plantearse las cosas. Apertas.

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  2. Hay bulos que son evidentes pero otros se los cree el más leído, y los bulos abundan aquí y en cualquier medio que se preste para la transmisión de información.

    Normalmente, cuando me encuentro con una información interesante suelo, inmediatamente, ampliar la información, variar las fuentes, contrastar, eso me salva las más de las veces.

    El problema son los bulos informativos que coinciden con la forma de pensar de quien lo lee, ve y/o escucha. Bulos como, por ejemplo, "ETA estuvo detrás del 11M", "El gobierno nos hace escuchas ilegales", etc.

    Y después tenemos ciertas informaciones que no sabemos si son, o no, bulos, como por ejemplo, algunas de las teorías conspiranoicas sobre el !!S pueden ser dejadas de lado por lo voladas (quien la escribió fumaba mucho) pero otras adquieren ciertos visos de realidad y el problema aquí es que son incomprobables, en estos casos me mantengo agnóstico.

    Un abrazo.

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  3. Lo malo es que se pasa y se divulgan como cierto, y esos bulos alcanzan mucha difusión.Por otro lado estamos acostumbrados a no asombrarnos de nada y esa negativa capacidad es en parte la culpable de que nos creamos muchas cosas.

    Un abrazo

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  4. No creo que el problema sea por atontamiento. Creo que somos básicamente tontos y que si queremos no serlo hay que esforzarse. Es decir; el ser humano nace tonto y si se esfuerza deja de serlo un poco, no nace listo y luego lo atontan.

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  5. Apreciado Félix:
    ¿Recibiste mi respuesta?

    Un saludo.

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  6. Estimado Félix.

    Hay dos mecanismos psicológicos que pueden explicar en parte el “atontamiento” que denuncias. El primero es el llamado efecto aureola. El segundo, el alineamiento de creencias. Ambos, errores básicos de razonamiento.

    El efecto aureola explica el estupor que podría producir, por ejemplo, la detención de un gran banquero, un gran político o un gran deportista –Gasol, por ejemplo-. El efecto hace suponer que, dada su relevancia social, el delito no tiene cabida en estas personas. Sería una decisión, pensamos, absurdamente errónea. Inconcebible. Los grandes medios informativos gozan, en gran medida, de este efecto aureola: no ajustarse a los principios de veracidad periodística o directamente mentir, sería, para el lector, una decisión absurdamente equivocada. Sin embargo, es conocido que el gran banquero, el gran político y los grandes medios adoptan decisiones absurdamente erróneas. Pero el efecto aureola les mantiene activos y vigentes.

    El alineamiento de creencias es igualmente muy habitual. Pongo un ejemplo. Consideramos que la costa ha sido destrozada por la especulación salvaje y la codicia sin límites. De ahí deducimos o pensamos que, todas las infraestructuras que se creen solo sirven para destruir el medio, todos los constructores son salvajes e implacables y buena parte de los ayuntamientos que conceden las licencias son corruptos. En definitiva, nos las arreglamos para creer aquello que nos conviene o que ya hemos decidido creer o pensar.

    A continuación analicemos cuantas veces hemos caído nosotros mismos en el efecto aureola y en el alineamiento de creencias. Sorprendente.

    Un saludo. Álvaro

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  7. Yo siempre ha sido del pensar que la gente no es tonta, sinó cómoda. Mientras no les toque a ellos directamente...
    saludos

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  8. soy de las "inocentes" que casi siempre pica.

    bicos,

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  9. Lo explicas muy bien, ratifico todo lo que dices. Alucino muchas veces n este tema, y como añades, no sólo en internet, sino en los demás medios de comunicación, de los periódicos ufff...¿Hay alguno fiable?
    Saludos

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