31 marzo 2009

Deflación, un mal económico de consecuencias imprevisibles

La intervención del Banco de España en la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha (CMM) ha relegado a segundo plano un hecho económico que, al margen de bambalinas político-mediáticas, afecta más directamente a la generalidad de los ciudadanos, incluidos los empresarios:
La deflación, caída generalizada de los precios, que de momento es del 0,1 % y sólo se ha registrado un mes (según los criterios del Fondo Monetario Internacional, un país entra en deflación cuando ese fenómeno se prolonga durante dos trimestres consecutivos).
La deflación tiene efectos más perjudiciales a medio y largo plazo que la inflación y, por ende, en el actual sistema su calado social es más profundo que el de la inflación porque daña de forma directa la rentabilidad de las empresas.
La caída de los precios se debe, básicamente, a la reducción de la demanda; es decir, los precios bajan porque se vende menos o, lo que es lo mismo, porque la capacidad de compra se reduce.
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¿Prudencia o temor a lo que pueda pasar? 
Parte del actual descenso de las ventas obedece a una actitud de prudencia o temor, más que a la imposibilidad general de comprar.
Cuando la deflación se prolonga, los comerciantes y almacenistas se ven obligados a vender --aunque les quede menos margen-- con la finalidad de cubrir los gastos fijos, pero al mismo tiempo que venden y en proporción similar al abaratamiento de los productos o servicios, pierden liquidez y aparecen las dificultades que esto comporta.
En todo caso, es un pez que se muerde la cola, pues si la deflación persiste el empresario está obligado a vender o prestar servicios como sea y, con ese fin, también recurre a bajar los precios y...
La deflación se alimenta a si misma de forma harto simple y eficaz porque los consumidores particulares y las empresas recortan todavía más sus compras: ¿Para qué comprar hoy lo que mañana o pasado mañana puede ser más barato?
[Este razonamiento empieza a ser criterio de aplicación general en el mercado inmobiliario, pero este es un escenario singular y ajeno al de la deflación en general, pues el precio medio de la vivienda estaba y todavía está sobredimensionado]
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Menos dinero en circulación, menos actividad económica
Además, con la deflación disminuye el dinero en circulación y si la dinámica se prolonga en el tiempo, el sistema económico enferma y, poco a poco, todas las actividades (desde los servicios hasta la industria, el agro y el sector primario en su conjunto) acaban alimentando la deflación debido a la inevitable necesidad de vender, so pena de suspender la actividad o quebrar. Sin vender lo que produce o comercializa, o sin prestar servicios, ninguna empresa sobrevive.
¿Cómo evitar esa cadena de males? De entrada, la medida más efectiva es abaratar el precio del dinero (tipos de interés). Pero conviene recordar que el Banco Central Europeo (BCE) atiende la política monetaria del conjunto de los países de la zona euro, no sólo las conveniencias o necesidades de España.
Sin restar importancia a la intervención de la CCM, lo cierto es que los riesgos que comporta la deflación son mucho más graves y de mayor calado económico y social.

3 comentarios:

  1. Una pretensión histórica de los científicos sociales –entre los que se incluyen los economistas- es aplicar los métodos, principios y leyes de las ciencias naturales a su ámbito de trabajo. La deflación tiene un parecido asombroso con la muerte de una estrella, por ejemplo, el sol. Prevén los astrofísicos que, una vez que el sol consuma todo su combustible –el hidrógeno-, comenzará un proceso acelerado de gran contracción. Llegado a un punto determinado, la presión en el núcleo será tan imponente que la temperatura central aumentará de manera inusitada. En ese momento, se producirá una explosión violentísica que lanzará al espacio una gran masa de gas y viento solar que acabará sus días de una forma gris y fría.
    ¿Premonitorio?. No lo crean. En no pocas ocasiones, es más difícil para los economistas preveer ciertas dinámicas sociales y económicas que para los astrofísicos la evolución estelar.
    Un saludo

    AAL

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  2. Me voy a atrever a opinar sin tener ni idea de Economia, sino como ciudadano de a pie;
    Es una barbaridad lo que han subido los precios en los últiomos años y como esto afecta al bolsillo del consumidor medio. Si ahora los precios bajan un poco, cosa que tampoco veo tan claro, bienvenido sea, y si los empresarios van a ganar menos que tiren de lo que deberian haber ahorrado durante las vacas gordas. ¿ o se lo han gastado todo en BMWs y Audis ?
    Y lo mismo a los que que han vivido todo estos años de la construcción y tantos pelotazos han
    dado.

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  3. Los dos remedios más conocidos para superar una etapa deflacionaria son el abaratar el costo del dinero (bajar las tasas de interés) inyectándolo en el sistema bancario (que parece ser el que se ha elegido) o aumentar el gasto público tal y como se hizo durante el New Deal.

    También podría, esta forma no es muy conocida, aplicar un aumento de sueldo generalizado por decreto lo que llevaría a la gente a gastar más... ya que no compensaría ahorrar (las tasas de interés serían muy bajas).

    Sin embargo creo de fundamental importancia bucear en las causas de la caída de precios antes que hablar de deflación de la misma forma en la que conviene estudiar la causa del aumento de los precios antes de hablar de inflación.

    No creo que una empresa baje sus precios por debajo de sus costos, al menos en el hoy, las automotrices y demás empresas siguen ganando "algo" de dinero por sus ventas lo que implica que en la época de dinero abundante la mayoría de bienes y servicios en este país tuvieron márgenes de ganancia algo exagerados, no quizás al nivel de los márgenes inmobiliarios pero sí mas alto que los históricos. Ahora, la época de la poca liquidez, compiten por la escasa masa monetaria que existe en plaza por lo que bajan sus precios para poder "atrapar" parte de esa masa y, dado los amplios márgenes de beneficios que tenían, podrían hacerlo sin problemas siempre y cuando estuvieran de acuerdo con soportar una reducción en sus ratios de rentabilidad.

    Pero ¿Qué empresario soporta que sus márgenes de renabilidad desciendan? Para evitar que esto suceda se han de contrlar sus costos y ya sabemos que el costo de mano de obra es uno de los primeros que se ataca.

    Reducción de plantilla, reducción de sueldos, son algunos de los sistemas utilizads por las empresas para evitar caídas en sus margenes de rentabilidad, pero estas soluciones agravan el problema (más desempleo es menos cantidad de dinero en el mercado) y si bien pueden parecer remedios adecuados en lo particular en lo general no solucionan nada.

    Durante muchos años en España los trabajadores veían aumentar sus costos más no sus salarios que estaban "congelados", mientras las condiciones de mercado guardaron cierta estabilidad estos pudieron sopotar la presión en aumento más cuando el mercado cambió bruscamente (El Euribor aumentó por encima de lo esperado) el delicado equilibrio entre ingresos y gastos de los trabajadores se rompió. Muchos dejaron de pagar sus créditos por haberse transformado en insostenibles y las consecuencias podemos apreciarlas hoy día.

    Es la reducción del poder adquistivo en los salarios de los trabajadores lo que "desata" los nudos de la crisis, la reducción de este poder sumado a la especulación inmobiliaria en una época de crédito barato y fácil qe, reentnamente, se transformó en una época de crédito caro y difícil y devaluación inmobiliaria.

    Las empresas aprovecharon su agosto sin hacer partícipe del mismo a sus trabajadores, ahora se sienten incapaces de soportar las pérdidas y desean que esta situación sea pagada, en mayor o menor medida, por los trabajadores.

    Creo que es necesario un cambio de modelo para evitar estas situaciones. Está demostrado que el dinero migra desde abajo hacia arriba y no a la inversa, las empresas están pensadas para ganar dinero, no para distribuirlo. Esto nos llevaría a construir un sistema económico donde el dinero se inyecte "abajo" y no "arriba" como se suele hacer, si la masa de dinero en poder de los trabajadores creciera puede que se complique, momentáneamente, la situación de algunas empresas (generalmente las pequeñas y medianas) pero a la larga, como siempre ha sido, un aumento de la masa monetaria en la calle se vería compensada por un proceso inflacionario. Mientras tanto las pequeas y medianas empresas podrían ser auxiliadas a través de créditos baratos y accesibles por parte del Estado para evitar su cierre.

    Que se yo, cosas que se me ocurren cuando no desayuno.

    Un abrazo.

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