La historia de este desaguisado se inició en 1986, cuando fueron talados 9.600 grandes árboles con el fin de convertir en terreno para uso agrícola 140 hectáreas de un paraje boscoso conocido como El Alcornocal (Cádiz).
Las zanahorias sustituyeron a los centenarios árboles y, para colmo, la plantación era regada con pozos abiertos sin autorización.
El escándalo fue tal que la Junta de Andalucía abrió un expediente sancionador y ordenó restaurar el bosque. El propietario hizo caso omiso y el Gobierno autonómico acabó expropiando la finca en enero de 1994, iniciando poco después la repoblación con pinos, argumentando para justificar el uso de esta especie que se trataba del paso previo para la regeneración del alcornocal.
Las zanahorias sustituyeron a los centenarios árboles y, para colmo, la plantación era regada con pozos abiertos sin autorización.
Pero el asunto fue a más. Al parecer, la Junta estaba empeñada en meter la pata a fondo.
Ahora, ha trascendido que la Junta dejó 100 de las 140 hectáreas sin repoblar, que otras 30 hectáreas fueron destinadas al cultivo de fresas y que, para colmo, la finca ha sido devuelta al propietario con el compromiso de que repoblara las 70 hectares restantes; cosa que, evidentemente, ha incumplido.
Ahora, ha trascendido que la Junta dejó 100 de las 140 hectáreas sin repoblar, que otras 30 hectáreas fueron destinadas al cultivo de fresas y que, para colmo, la finca ha sido devuelta al propietario con el compromiso de que repoblara las 70 hectares restantes; cosa que, evidentemente, ha incumplido.
Como colofón a una actuación que merece ser descrita como un monumental descaro político, la Consejería de Medio Ambiente ha aprobado la construcción en esa finca de un complejo hotelero con campo de golf, promovido por la empresa Novaterra Resort Services.
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¿Por qué se empeñaron en hacer las cosas mal?
Semejante listado de aberraciones no ha quedado ahí. ¡Que va!
Novaterra --con el silencio cómplice de la Junta-- ya ha talado la mayoría de los pinos con los que se habían repoblado 40 hectáreas en 1995, tras la expropiación inicial de la finca.
Novaterra --con el silencio cómplice de la Junta-- ya ha talado la mayoría de los pinos con los que se habían repoblado 40 hectáreas en 1995, tras la expropiación inicial de la finca.
Queda comprobado sin sombra de duda que los criterios mediombientales de los que tanto hacen gala algunos dirigentes socialdemócratas se quedan en demasiadas ocasiones en simple retórica. Lo ocurrido en El Alcornocal confirma lo que ya quedó desmostrado en el caso de El Algarrobico, en el parque natural de Cabo de Gata: La Junta de Andalucía está muy verde en materia de medio ambiente.
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