El triunfo del PP, que sólo suma 3.000 votos más que en 2005,
constata que miles de electores de izquierda
han castigado la timidez política del bipartito
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De los resultados de los comicios gallegos se harán mil y una interpretaciones, pero con independencia de los análisis que se hagan de los éxitos y fracasos, la conclusión global es una: Galicia sigue siendo un país políticamente de derechas, la mayoría de ciudadanos son conservadores y no han dejado de serlo durante la legislatura recién concluida.
La mayoría de gobierno formada por PSdeG-PSOE y Bloque Nacionalista Galego (BNG) no ha puesto en marcha proyectos que concitarán interés ciudadano [las iniciativas agropecuarias del conselleiro Suárez Canal fueron las que obtuvieron mayor repercusión social y también aliados, pero los ataques mediáticos, los miedos infundidos por la derecha en el rural y la "prudencia" del resto del Ejecutivo diluyeron ese activo].
Es más, el Ejecutivo de Pérez Touriño apenas dio pasos efectivos para mudar actitudes sociales y económicas, que adoleció de timidez política y de administrativismo; taras a las que se sumaron las acciones o inhibiciones del lobi conservador existente en la Administración y del poder económico, que boicotearon casi todas las iniciativas del bipartito.La mayoría de gobierno formada por PSdeG-PSOE y Bloque Nacionalista Galego (BNG) no ha puesto en marcha proyectos que concitarán interés ciudadano [las iniciativas agropecuarias del conselleiro Suárez Canal fueron las que obtuvieron mayor repercusión social y también aliados, pero los ataques mediáticos, los miedos infundidos por la derecha en el rural y la "prudencia" del resto del Ejecutivo diluyeron ese activo].
Además, y esto ha sido doblemente incomprensible, el equipo de Pérez Touriño ha permitido que siguieran vivas las actitudes y las prácticas clientelares y los nexos económico-empresariales del ala derechista del PSdeG, cuyo sector más representativo es el vazquismo coruñesista, algunos de cuyos cuadros más significados incluso han escalado posiciones en el aparato.
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Núñez Feijóo ha contado con el apoyo de casi todos los medios y ha sido el presidenciable más comercial, el menos ingenuo y el más agresivo |
El cambio que en 2005 anunció Pérez Touriño, contando con el apoyo del BNG, apenas ha ido más allá de las formas y ha confundido ser riguroso con ser institucionalista.
En paralelo, el PSdeG no ha cambiado apenas nada pese a los consejos de la Fundación Iniciativas 21, ¿o ha sido por seguirlos?... La gallega sigue siendo la sección territorial más conservadora del PSOE, a la altura de la de Castilla-La Mancha que lidera el "centrista" José Bono.
Sin apenas aportar nada realmente nuevo, es lógico que el PSdeG haya perdido más del 10 % de los votantes que sumó en 2005.
Uno de los cientos de gallegos con carné del PSdeG que ayer no acudieron a votar resumía su decisión con esta frase:
«Para que gobiernen con criterios conservadores, prefiero que lo haga el PP...»
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El BNG, empeñado en disimular que es el BNG
«Para que gobiernen con criterios conservadores, prefiero que lo haga el PP...»
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El BNG, empeñado en disimular que es el BNG
Por su parte, el Bloque, el socio minoritario del bipartito, no ha sabido o no ha querido desmarcarse de la prudencia mal entendida con la que se han manejado Pérez Touriño y profesionales de la política como Méndez Romeu (conselleiro de Presidencia).
A los errores del PSdeG se ha sumado que el BNG de Anxo Quintana no es el BNG del período 1995-2002, que fue cuando el frente alcanzó su mayor capacidad de penetración social. El de Quintana es un BNG menos político y, por tanto, expuesto a vaivenes más comerciales (de imagen) y mediáticos.
Por si fuera poco, los quintanistas han querido jugar con armas y en terrenos que no son los propios del Bloque. Este tipo de intentos casi siempre salen caros.
A los errores del PSdeG se ha sumado que el BNG de Anxo Quintana no es el BNG del período 1995-2002, que fue cuando el frente alcanzó su mayor capacidad de penetración social. El de Quintana es un BNG menos político y, por tanto, expuesto a vaivenes más comerciales (de imagen) y mediáticos.
Por si fuera poco, los quintanistas han querido jugar con armas y en terrenos que no son los propios del Bloque. Este tipo de intentos casi siempre salen caros.
En ese fracaso también tiene su cuota de responsabilidad la Unión do Povo Galego (partido marxista y de referencia en el Bloque) por haber cedido demasiadas riendas a un galleguismo sonriente y populista de Quintana, que en algunos aspectos parece emular las gallegadas del fraguismo.
Para colmo, Quintana y sus próximos cometieron el error de involucrarse en proyectos cuyo desarrollo y consecuencias no podían controlar.
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Para colmo, Quintana y sus próximos cometieron el error de involucrarse en proyectos cuyo desarrollo y consecuencias no podían controlar.
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Un PP radicalmente electoralista y práctico
Así las cosas, Núñez Feijoo ha sido el presidenciable mejor asesorado desde un punto de vista comercial, el menos ingenuo y el más agresivo.
Atacando y destrozando a sus rivales a través de los medios, el PP ha ganado sin apenas aumentar su respaldo electoral, pues ha sumado sólo 3.000 votos más que en 2005.
Atacando y destrozando a sus rivales a través de los medios, el PP ha ganado sin apenas aumentar su respaldo electoral, pues ha sumado sólo 3.000 votos más que en 2005.
El equipo de Núñez Feijoo se ha limitado a conservar los activos que tenía (incluido el líder de los populares orensanos, José Luis Baltar), ha aprovechado con astucia la timidez política de Pérez Touriño, ha contemplado con regocijo como Quintana se metía en camisas de once varas y, a la postre, ha vencido con lo que llevaba puesto. Un triunfo que a Mariano Rajoy le sabe a gloria.
HACE cinco días, en ImP:
"El PP puede lograr la mayoría absoluta en la Cámara gallega".
ANÁLISIS recomendables:
"La historia de Boabdil se repite", por Xosé Luis Barreiro Rivas, y
"Al tercer día resucitó", por Pilar Portero.
"Al tercer día resucitó", por Pilar Portero.
Lo más triste es votar al PSdeG única y exclusivamente para intentar evitar la mayoría absoluta del PP, pero no por creer en el programa de los primeros (que todavía desconozco en qué consiste...). Fue mi caso y es lamentable, pero cierto.
ResponderEliminarUn saludo
Buenas Félix,
ResponderEliminar¿Se ha publicado ya algún artículo al respecto de qué habría sucedido de haber bajado el porcentaje mínimo para obtener representación del 5 al 3%? Imagino que no habrían cambiado mucho las cosas, pero sería interesante saber qué habría sucedido de haber realizado el cambio (que he oído comentar que fue otra promesa incumplida del anterior gobierno).
Estimado amigo,
ResponderEliminarlo que soy capaz de leer es que el gobierno no ha sido capaz de aprovecharse de su posición dominante: una torpeza imperdonable propia del Psoe, que juega demasiado en ese filo.
El Pp mantuvo su máquina electoral, lo que no es poco (se mantuvo en Ourense y Lugo, aunque sigue la lenta sangría de votos) y ganó un puñado en la costa.
Se confirma que en el 2005 Psoe y Bng tocaron techo. Toca cambiar por enésima vez de lider en el Psoe y esperar a como disraza el bloque su derrota (nos votaron los jovenes, la culpa es de los socios, etc., tienen un amplio repertorio)
Como bien dices, la gente penso que para gobernar asi prefieren el original.
Estupenda análise. Concordo especialmente no tocante ao BNG. A melhor gestión de governo foi feita em Vivenda, Montes e Industria, tres conselharias do BNG, pero ás ansias por formar uma rede clientelar ao máis puro estilo Fraga no rural, acabou por mobilizar aos seus votantes nas cidades hacia um voto de castigo.
ResponderEliminarA leitura positiva é que a esquerda em este pais nom comulga com rodas de muinho. Nom vale qualquer cousa com tal de que nom ganhe o PP.
A EMMA, Muchos votos del PSdeG en el 2005 fueron precisamente votos anti-PP. Los socialistas gallegos no sólo se burlan de principios básicos de la izquierda, sino que además hacen política con los ojos cerrados...
ResponderEliminarA JUAN E. TUR, Aunque hubieran rebajado el porcentaje para entrar en la Cámara del 5% actual al 3%, ni UPyD ni EU (IU) hubieran entrado. En todo caso, tienes razón en que ni siquiera en ese aspecto cumplió su promesa el PSdeG, que tampoco modificó el aberrante reparto de escaños, pues obtener un diputado en Ourense o Lugo requiere la mitad de votos que en A Coruña o Pontevedra.
A P. GONZÁLEZ, El PSdeG sí ha tocado techo; pero en el caso del BNG creo que no, si hubiera sido fiel al trabajo hecho durante los últimos años noventa y el inicio de la actual década podría haber seguido subiendo.
A V. GUILHERME, Suscribo al 100% tu conclusión de que numerosos votantes de izquierda gallegos han acabado por dar la espalda a PSdeG y BNG, sobre todo a los primeros. Personalmente, opino que el PSdeG jamás --desde 1978-- ha actuado como un partido de izquierda. Es alucinante que derechistas que para colmo son profundamente clasistas como Méndez Romeu
puedan ser aupados a conselleiros. Ese señor y otros u otras dirigentes del PSdeG son tecnócratas y simples profesionales de la Administración al estilo de los que en Francia, por ejemplo, son compañeros de partido de Sarkozy.
Un abrazo a todos.