El pasado 25 de mayo, el presidente de Gobierno consideraba inminente un acuerdo patronal-sindicatos para reformar la negociación colectiva, que es uno de los flecos que es preciso cardar para que el mercado laboral sea como interesa al sector más duro del empresariado.
Pero una vez digeridos los resultados del 22-M y confirmado el giro derechista de la mayoría del electorado español, el sector de la patronal más cercano al PP, con la aguirrista CEIM a la cabeza, ha obligado a la cúpula de la CEOE a romper la baraja, volviendo a la carga con demandas que sindicalmente son inasumibles.
Pero una vez digeridos los resultados del 22-M y confirmado el giro derechista de la mayoría del electorado español, el sector de la patronal más cercano al PP, con la aguirrista CEIM a la cabeza, ha obligado a la cúpula de la CEOE a romper la baraja, volviendo a la carga con demandas que sindicalmente son inasumibles.
¿Por qué la patronal ha endurecido su posición?
Los motivos por los que la CEOE ha dinamitado los puentes son varios, incluidos los intereses económicos y el deseo de poner al PSOE en apuros, pero la razón más determinante es radicalmente política y queda resumida con el siguiente argumento:
¿Por qué bendecir una reforma de la negociación colectiva pactada con los sindicatos y el gobierno del PSOE, si al paso de un año escaso tendrá mayoría legislativa el PP y existirá la posibilidad real de que un gobierno presidido por Mariano Rajoy imponga el tipo de reforma que más nos interesa?
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El PSOE cede
Ahora, una vez rota la negociación patronal-sindicatos, la pelota está en el tejado del Gobierno y del PSOE, que según recientes declaraciones del ministro de Trabajo parecen empeñados en redondear la lista de estupideces políticas con una reforma de la negociación colectiva que, objetivamente, para nada servirá, ¡tampoco para crear empleo!
Ahora, una vez rota la negociación patronal-sindicatos, la pelota está en el tejado del Gobierno y del PSOE, que según recientes declaraciones del ministro de Trabajo parecen empeñados en redondear la lista de estupideces políticas con una reforma de la negociación colectiva que, objetivamente, para nada servirá, ¡tampoco para crear empleo!
Ahora, con la finalidad de que el Gobierno vuelva a hacer suyas las tesis de la caverna económica, la derecha política y empresarial alienta la presión, tal como demuestra el hecho de que los comentaristas, columnistas y analistas habituales insistan en que reformar la negociación colectiva es necesario e incluso imprescindible...
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¿Necesario?, ¿imprescindible?
Para lo único que servirá esa reforma --al igual que la anterior-- será para conceder más poder al sector del empresariado canibal y, con toda probabilidad, para que aumente la confictividad y luego, tras la reacción empresarial de casi siempre (más despidos), los trabajadores serán más dóciles y las tasas de explotación más elevadas...
¿Contribuirá la reforma de la negociación colectiva a la mejora de las relaciones laborales, a que aumente el porcentaje de contrataciones indefinidas o a que se incremente la productividad? Rotundamente, ¡no!
La pelota está en el tejado del Gobierno y del PSOE.
Si los socialdemócratas son lo que dicen ser, evitarán toda colaboración con el empresariado canibal y dejarán la negociación colectiva tal como está.
Si los socialdemócratas son lo que dicen ser, evitarán toda colaboración con el empresariado canibal y dejarán la negociación colectiva tal como está.
Pero si acometen la reforma asumiendo siquiera parcialmente las tesis de la CEOE, quedará demostrada una vez más la esquizofrenia ideológica y suicida que padece la socialdemocracia española.
Las consecuencias de la segunda opción serán desastrosas, también para el PSOE, que seguirá perdiendo apoyo social y sangrando votos.
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CON ANTERIORIDAD:
"La mayoría de los trabajadores desean una reforma económica-laboral".
DE INTERÉS:
"La falta de acuerdo sobre los convenios no pone a España en riesgo", en NUEVA TRIBUNA, y
"Nosotros, los traidores: o una suerte de manifiesto en defensa de la libertad de pensamiento", por Carlos Carnicero.
DE INTERÉS:
"La falta de acuerdo sobre los convenios no pone a España en riesgo", en NUEVA TRIBUNA, y
"Nosotros, los traidores: o una suerte de manifiesto en defensa de la libertad de pensamiento", por Carlos Carnicero.
Sigo por el mismo surco del anterior comentario.
ResponderEliminarCon la nueva y arrasadora escora política los salarios, previsiblemente, van a disminuir; la precariedad va a ir en aumento. En consecuencia, la capacidad adquisitiva caerá aún más, y con ella la demanda. La baja demanda arrastrará consigo, y hundirá, la producción de bienes y servicios.
Ahora bien, con una producción mermada y recortada parece claro que van a sobrar más empleos, con lo que, lejos de resolver el problema del paro, hemos de ver enconarse dicho problema. ¿Por qué los economistas/tertulianos piensan sólo en recortar los salarios, y no captan el problema del bajón de consumo de las grandes masas de trabajadores?
Una vez expresado en las últimas elecciones el colérico "calentón" de millones de desempleados y mileuristas asqueados, ¿qué recurso y qué desahogo les va a quedar para los meses venideros, sobre todo si las elecciones generales confirman la tendencia de las últimas?
Yo creo que es razonable prever un periodo de enorme inestabilidad social, de reivindicaciones contundentes y de disturbios. O sea, el camino griego.
Amén al comentario de Antonio P :esos son algunos de los nubarrones a los que me refería en mi comentario anterior. ¡A las trincheras!....o a las catacumbas.....¡Qué poco hemos avanzado!
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