Mario Draghi, hasta ahora rector del Banco Central de Italia, ha sido nombrado presidente del Banco Central Europeo (BCE).
La decisión es singularmente aberrante porque Draghi fue vicepresidente ejecutivo de Goldman Sachs para Europa desde enero del 2002 hasta enero del 2006, resultando que esa entidad financiera fue una de las que más y mejor ocultó las emisiones de deuda en negro a las que recurrió el Estado griego para maquillar sus cuentas a fin de ingresar y mantenerse en la eurozona.
Para más inri, Goldman Sachs y el propio Draghi han salido al paso diciendo que quien era vicepresidente ejecutivo de la entidad financiera para Europa nada sabía de lo que ocurría... Es decir, invitan a los ciudadanos a que hagan un ejercicio de fe --o que comulguen con ruedas de molino.
Los amaños de Atenas con las entidades que le colocaban la deuda negra se iniciaron en 1998 y se prolongaron durante años, hasta que fueron descubiertos hace apenas un año.
Para más inri, Goldman Sachs y el propio Draghi han salido al paso diciendo que quien era vicepresidente ejecutivo de la entidad financiera para Europa nada sabía de lo que ocurría... Es decir, invitan a los ciudadanos a que hagan un ejercicio de fe --o que comulguen con ruedas de molino.
Los amaños de Atenas con las entidades que le colocaban la deuda negra se iniciaron en 1998 y se prolongaron durante años, hasta que fueron descubiertos hace apenas un año.
El desmadre griego y los éxitos del tigre celta se sumaron a la crisis financiera iniciada en EE UU con los subprime, que unidos a la desregulación imperante en el sistema bancario constituyen la raíz de la situación de riesgo en la que viven la Unión Económica y Monetaria, el propio euro y la mayoría de países comunitarios... Desastre que están pagando todos los ciudadanos, excepto los responsables de la perversa arquitectura financiera, entre los que figura el ahora ¡premiado! con la presidencia del BCE.
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