La muerte de Kim Jong-il ha reactualizado la situación en la que viven los 24 millones de coreanos residentes en la mitad septentrional de la nación coreana. Corea del Norte es gobernada por un partido que se autocalifica comunista pero cuyo funcionamiento es el propio de una secta religiosa.
Todos cuantos han tenido oportunidad de visitar el país --incluidos funcionarios chinos, pues Pekín mantiene relaciones diplomáticas y en cierto modo cordiales con el régimen de los Kim-- coinciden en denunciar con mayor o menor contundencia que las condiciones de vida de los norcoreanos son tan precarias y absurdas que resulta difícil describirlas para que sean creíbles.
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Hay imágenes que no engañan
A modo de ejemplo y para hacerse una idea siquiera aproximada de la situación, es útil visionar la película [enlace al pie del texto] que filmaron dos periodistas de la productora canadiense Vice News que viajaron hasta el extremo oriental de Siberia a fin de conocer in situ las pequeñas Coreas del Norte (campos de trabajo) en las que cientos de norcoreanos residen durante tres años, aislados y en régimen de semiesclavitud, contratados por empresas rusas pero sometidos a las condiciones laborales y de vida que impone el Gobierno de Pyonyang.
Todos cuantos han tenido oportunidad de visitar el país --incluidos funcionarios chinos, pues Pekín mantiene relaciones diplomáticas y en cierto modo cordiales con el régimen de los Kim-- coinciden en denunciar con mayor o menor contundencia que las condiciones de vida de los norcoreanos son tan precarias y absurdas que resulta difícil describirlas para que sean creíbles.
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Hay imágenes que no engañan
A modo de ejemplo y para hacerse una idea siquiera aproximada de la situación, es útil visionar la película [enlace al pie del texto] que filmaron dos periodistas de la productora canadiense Vice News que viajaron hasta el extremo oriental de Siberia a fin de conocer in situ las pequeñas Coreas del Norte (campos de trabajo) en las que cientos de norcoreanos residen durante tres años, aislados y en régimen de semiesclavitud, contratados por empresas rusas pero sometidos a las condiciones laborales y de vida que impone el Gobierno de Pyonyang.
Los emolumentos que perciben los emigrantes que trabajan en esas colonias están constituidos por el alojamiento, la alimentación y un salario que apenas equivale a medio dólar diario, pues el resto de la nómina es entregado al Estado norcoreano. El alquiler de mano de obra a empresas extranjeras constituye una de las escasas fuentes de divisas de que dispone la monarquía instaurada por la familia Kim.
CON ANTERIORIDAD, en ImP:
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