Un colectivo de economistas ha puesto en marcha la plataforma EconoNuestra, cuya intención es contribuir al diálogo social y a las soluciones políticas con una economía diferente a la del fundamentalismo del mercado.
El manifiesto fundacional dice, entre otras cosas:
«Las políticas económicas para combatir la crisis se sustancian, antes que nada, en paquetes de reducción del gasto público, reclamando así a la población --a los segmentos más vulnerables, sobre todo-- un esfuerzo de austeridad, al tiempo que se mantienen intactos los privilegios fiscales de las rentas más elevadas, se encauzan recursos financieros a los bancos, responsables de la crisis, y se entregan cantidades enormes de dinero a los grupos que especulan con la deuda soberana de los países.
«Las políticas económicas para combatir la crisis se sustancian, antes que nada, en paquetes de reducción del gasto público, reclamando así a la población --a los segmentos más vulnerables, sobre todo-- un esfuerzo de austeridad, al tiempo que se mantienen intactos los privilegios fiscales de las rentas más elevadas, se encauzan recursos financieros a los bancos, responsables de la crisis, y se entregan cantidades enormes de dinero a los grupos que especulan con la deuda soberana de los países.
«Estas políticas se presentan como la única vía posible para superar la crisis, pero, lejos de abrir un escenario de salida de la misma, están cercenando las posibilidades de recuperación de las economías, especialmente de las más débiles.
«Frente a ese contexto de sometimiento a los mercados, en medio de una ofensiva histórica contra los estados de bienestar, con las izquierdas políticas y sindicales incapaces de generar discursos y propuestas alternativas, ha emergido en España una voz disidente, que se ha hecho oír con contundencia: la del movimiento 15-M, con sus concentraciones, sus acampadas, sus asambleas y sus espacios virtuales.
«El descontento de los llamados indignados no sólo ha sido oído, como evidencian ya numerosas portadas de los más importantes periódicos, sino que además es compartido por muchos, activos o no en el movimiento, ganándose el apoyo de buena parte de la población.
«El descontento de los llamados indignados no sólo ha sido oído, como evidencian ya numerosas portadas de los más importantes periódicos, sino que además es compartido por muchos, activos o no en el movimiento, ganándose el apoyo de buena parte de la población.
«Entretanto, ¿qué hemos hecho, y qué hacemos ahora, los economistas? Muchos economistas académicos, aquellos que tienen incidencia en el espacio político, continúan instalados en las teorías y evidencias empíricas que vienen siendo, desde hace ya décadas, el sustento argumental de los formuladores de políticas públicas, de unos y otros colores políticos. Pero sus teorías y métodos de demostración, pretendidamente científicos y de validez universal, han revelado enormes limitaciones, no sólo por no haber anticipado las crisis, sino también por su incapacidad para organizar la actividad económica sobre bases sostenibles y equitativas. Los modelos de este grupo de economistas más bien han servido, y sirven ahora, para que los ganadores de los mercados desregulados consoliden sus posiciones de poder y privilegio».
Interesante recomendación, que contribuyo a difundir. Ojalá se hagan acreedores a nuestra confianza. Unha aperta.
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