Lea y comprobará que si de hacer dinero se trata, no hay escrúpulos:
«El 10 de marzo de 2011, la atención del mundo estaba centrada en los acontecimientos que se estaban precipitando en la nación africana de Libia. Un levantamiento popular contra Gadafi, que había empezado un mes antes, se había convertido en una guerra civil a gran escala. La preocupación expresada por los rebeldes y los políticos de la ONU hablaba de una posible masacre inminente.
«El mismo día, un importante bufete internacional de abogados, Freshfields Bruckhaus Deringer, también tenía sus ojos puestos en Libia, pero parecía tener en su mira algo muy diferente a las pérdidas humanas.
«El mismo día, un importante bufete internacional de abogados, Freshfields Bruckhaus Deringer, también tenía sus ojos puestos en Libia, pero parecía tener en su mira algo muy diferente a las pérdidas humanas.
«En una nota informativa publicada ese mismo día, decidió aconsejar a las empresas multinacionales sobre cómo defender sus ganancias amenazadas en Libia, a raíz de una crisis humanitaria. Cabe destacar que la nota sugería a las corporaciones que podrían utilizar los Tratados Bilaterales de Inversión para demandar al Estado libio, señalando que los inversionistas podrían reclamar una indemnización financiera porque Libia no había cumplido con "las promesas a los inversionistas con respecto a la seguridad física y protección de instalaciones, personal, etc."
«Freshfields --cuyos socios accionistas ganaron 1.308 millones de libras esterlinas en beneficios durante 2010/11, en un momento de recesión mundial-- no era el único gabinete jurídico internacional que buscaba defender a sus clientes en medio de una guerra civil...»
MÁS detalles, en TRANSNATIONAL INSTITUTE.
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