A tenor de la composición del Gobierno castellano-manchego que preside doña María de los Dolores de Cospedal García, entre los ciudadanos albaceteños, ciudadrealeños, conquenses, guadalajareños y toledanos no existirían personas de suficiente valía e ideológicamente afines al PP para hacerse cargo al 100% de la Administración pública de esa comunidad autónoma. Sólo así se entiende que el 40 % de los altos cargos del Ejecutivo que preside De Cospedal sean forasteros.
Más claro: De los 54 altos cargos de la Junta, 22 viven y pagan impuestos fuera de Castilla-La Mancha. Curioso...
¿Acaso De Cospedal sueña con unificar las comunidades castellano-manchega y madrileña, que es de donde proceden los fichajes?
Lo cierto es que dividir Castilla entre tres comunidades, desgajando de ella a Cantabria y La Rioja, y dejando sin autonomía a León y La Mancha no fue precisamente un acierto de los padres de la Constitución; pero esa circunstancia no justifica ningunear a los albaceteños, ciudadrealeños, conquenses, guadalajareños y toledanos.
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